Cómo impacta en su bolsillo la política financiera.
Por Esteban Pino Coviello* Desde Nueva York - Para Diario Síntesis
Hace 31 años, salía publicado el libro "La Alquimia de Las Finanzas" del magnate y especulador financiero George Soros, dando a luz las estrategias aplicadas a la hora de realizar sus inversiones, lo que se conocería como "teoría de la reflexividad" sustentada por la constante probabilidad de que Soros acierte cada una de sus apuestas entre 473 millones de posibilidades en contra. Desde entonces, en el mundo de las finanzas, nada sería igual.
¿Y a qué viene esto? Y es que tanto se ha hablado de Soros últimamente en los medios que olvidaron mencionar lo que el más desprecia: las noticias pasajeras. Pues como el contenido de su libro, el financista se esforzó por crear criterios atemporales. Y como tanto se habla de Soros y sus supuestas conspiraciones globales, valga entenderlo un poco para saber, al menos en mi opinión, que en Argentina sus postulados llegan a tener las mejores pruebas.
Cuando yo enseñaba macroeconomía en la Universidad de Buenos Aires en la década del 2000, no podía frenar los debates que se armaban en torno a las aplicaciones prácticas de ésta teoría en Argentina, cuestión que indicaba evidente atemporalidad.
Entendamos a Soros
George Soros, tuvo un impacto en su vida profesional que lo marcaría para siempre: la hiperinflación húngara de 1945 y 1946, en su tierra natal. Como a muchos de nosotros que sufrimos la de 1989 en Argentina. Ya tenemos un punto de encuentro.
Pero lo que lo hizo multimillonario, es entender lo que el llama "reflexividad" y que consiste básicamente en dos cosas: las ciencias económicas en general, se han esforzado siempre en tratar de obtener predecibilidad, saber qué ocurrirá con el movimiento del dinero. Soros dice, dejemos de lado eso, es imposible, es una ciencia social, las decisiones son humanas y el ser humano es demasiado caótico, así que no nos esforcemos más. Lo segundo, basado en lo anterior, afirma que a contrario de lo que se piensa, no son los resultados técnicos que explican la economía los que definirán qué decisiones tomarán los que están en ella, sino al revés, la percepción que tienen los seres humanos de lo que piensan que sucederá en base a la información que tienen y que creen que es racional. Mecanismo que le llama "de ida y vuelta" o "feedback".
Mejor un ejemplo: si las consultoras dicen que hubo un 6% de inflación en el mes pasado, seguramente mi dinero seguirá perdiendo valor y por lo tanto debo refugiarlo en el dólar... o comprar un coche antes que se evapore. Pues no, Soros dice que, como la gente cree que posee información racionalmente válida, tomará decisión en base a ello, pero, emocionalmente, y siguiendo el ejemplo, quizás apueste mucho más en el dólar o bien tenga actitudes que sólo se sustentan en su estado de ánimo o en su humor para invertir o no en algo.
Dicho de otra forma, la información no es la que define el juego, sino los que toman las decisiones creyendo que lo hacen racionalmente con el mejor análisis y en el momento adecuado cuando en realidad actúan con las emociones. Por lo tanto, en vez de poner foco en las tendencias, pone atención en la historia económica. De allí que se le adjudique toda posibilidad de manipulación social para crear desórdenes que beneficien tanto a sus ideales como a sus inversiones.
Tan precisa fue su percepción que los resultados fueron a parar a su bolsillo. Quantum Funds, la empresa que reunía el dinero para luego invertirlo en el marcado bursátil, llegaría a tener en promedio de su vida, una utilidad neta del 26%. Irrefutable.
Soros y la Argentina
Y lo sorprendente del magnate húngaro, es que pocas veces hizo referencia sobre cómo se espeja su teoría en Argentina, un verdadero tubo de ensayo para la economía mundial pero bastante entendible para quienes apliquen sus teorías a la hora de entender nuestra economía.
Sin dar vueltas, Argentina tiene tanta patología económica y financiera que sólo se explica en el desequilibrio mental de sus jugadores, y aquí no me refiero solamente a sus gobernantes y referentes sino también a la ciudadanía. Pues tan es así que yo considero a la sociedad argentina bajo lo que denomino "tesis de la mujer golpeada". Esto es, que una sociedad que acepta ciclos destructivos cada una década, tasas de inflación como la actual, del 50%, tasas bancarias del 72%, un sistema financiero enfermizo y uno hipotecario inexistente; sólo se justifica por un problema psicológico colectivo, como la mujer que es golpeada permanentemente por su marido pero aún lo "ama", lo denuncia cada tanto y retira la denuncia, acepta esa relación patológica o bien ha caído en el dominio opresor del repugnante golpeador.
Cada tanto la sociedad argentina cree que con cacerolas puede "enderezar" a los culpables de la tragedia económica y cada tanto tiene un buen humor, sobreoptimista y muchas veces encarnizado en alguien que será su salvador. Lejos está de tener la racionalidad mínima de entender las políticas a largo plazo, la disciplina fiscal, la libertad económica y demás cuestiones de una sociedad civilizada. Con todo este escenario, podemos ver cuán cerca está la teoría de Soros a las finanzas argentas.
Y qué hay de mi bolsillo
Desde el momento en que vemos que, por un lado, no hay una reacción ante tanto caos y falta de rumbo económico y por el otro lado, especulando si en las próximas elecciones el barómetro será mejor o peor según quién gane y que no sabemos; estamos en problemas.
A mi entender hay una olla de presión pero que no explotará, sino que derramará la sopa por todos lados pero de manera permanente. Si aplicáramos la teoría del magnate húgaro-americano, sólo debemos observar cómo los opinólogos influyen en el mercado al que creen que sólo están interpretando.
¿Y quiénes son esos jugadores? Son los que componen la torta, empresarios, campo, industriales pero también Ud. Y viéndolo de esa manera y estudiando un poco los ciclos históricos argentinos, en nuestro ideario subsiste esa idea que en algún momento, que no sabemos cuándo, tocaremos fondo, habrá un cambio de gabinete u otro gobierno y volveremos a cierta normalidad por un tiempo más. Lamentablemente, éste cierre de ciclo es cada vez más difícil y caro de aplicar.
Tenga presente entonces, que su bolsillo dependerá en gran medida de cómo el humor colectivo se mueva en la economía argentina, si se adelanta un paso a ello, podrá proteger su patrimonio considerablemente.
* El autor reside en los EE.UU. es Contador Público, Master en Gestión Internacional y titular de la consultora "Pencillus Systems, LLC"