“Marigo Perforaciones” cumple 60 años de vida como empresa familiar

    “Marigo Perforaciones” cumple 60 años de vida como empresa familiar

    Con apenas 20 años, Oscar Marigo empezó a realizar perforaciones con una rudimentaria máquina ideada por él y hoy, con casi 80, sigue trabajando con el mismo ímpetu al frente de una empresa de reconocimiento nacional a la que incorporó a sus hijos quienes la potenciaron.

    La historia comienza en 1961 cuando la extracción de agua potable se efectuada generalmente a través de aljibes. A Oscar se le ocurrió una manera más simple de lograrlo y en la posibilidad de ofrecerla comercialmente.

    Así surge la idea de construir un trípode, con una roldana y una sonda para llegar a la napa de agua, idea que marcó el comienzo de la empresa, dedicada desde el principio al servicio de perforaciones para la extracción de agua.

    “Yo trabajaba como metalúrgico y empecé con las perforaciones para tener otra entrada porque había poco trabajo”, recordó Marigo en una cálida charla con SINTESIS.

    El sistema de extracción se modificó muy pronto cuando se reemplazó el trípode por una cañería de ¾ compuesta por tramos de 3 metros, con una mecha en el primer tramo. La extracción se realizaba clavando la mecha, con inyección de agua por medio de una bomba a pistón.

    Por aquel entonces, el único medio de transporte de que disponía la empresa era una moto DKW 125, a la que se enganchaba un carro construido con ruedas de bicicleta.

    En 1966 fabricaron la primera máquina de perforar: una torre de 6 metros, con un malacate de 30 cm de largo, una cadena para levantar los caños. “Con esa máquina hicimos 263 pozos y aunque está guardada todavía funciona. La hice con hierros y planchuelas que conseguí en una compra venta y a la caja la hice con un engranaje y una corona de Ford T”, recordó Oscar.

    Ya en esa época la firma compró una pick up Chevrolet modelo 36, para trasladar los equipos. Además, la maquinaria le permitió disminuir los tiempos de extracción de agua, pasando de dos días de trabajo a sólo 10 horas y, ante la creciente demanda de trabajo, en el año 1967 la empresa incorporó tres colaboradores.

    En 1969 sumaron una nueva máquina para realizar perforaciones, lo que permitió incursionar en el mercado industrial. “Con el correr de los años hicimos grandes obras, atendimos a todas las fábricas de la región”, destacó Marigo con orgullo.

    Ya en 1976, el constante crecimiento de la firma hizo necesario ampliar las instalaciones y se construyó el edificio de avenida San Martín 150 de la ciudad de San Lorenzo.

    En 1980 se produjo un hecho significativo para “Marigo Perforaciones”: comienzan a incursionar en la fabricación de pilotes in situ. “A partir de este nuevo servicio hicimos trabajos muy importantes como el de Loma Negra, la Serenísima o el Hotel Sheraton de Buenos Aires, además de puentes y silos, fuimos a Salta, Mendoza, en fin, a donde nos convocaran”, resaltó Oscar.

    Otro hito importante fue a partir de 1990 la incorporación de sus tres hijos: Carlos, Sonia y Cristian, quienes aportaron nuevas ideas, dinamismo y profesionalidad en cada una de las áreas de la empresa. “Desde que eran chiquitos mis hijos me acompañaron. A pesar del crecimiento esta sigue siendo una empresa familiar”.

    Ye en el comienzo del nuevo Siglo, la experiencia de Oscar sumada al impulso de sus hijos y colaboradores, hizo posible que la demanda de los servicios superara la capacidad disponible de equipos existentes en la organización y se decide importar de Italia tres nuevos equipos para la realización de los trabajos de pilotajes. Desde allí, sigue creciendo.

    “Con 79 años sigo siendo muy impulsivo y apasionado por el trabajo. Puedo estar muy cansado, pero siempre hago lo que hay que hacer”, expresó Oscar que, sobre el final de la entrevista, dejó un mensaje para quienes emprenden sus propios proyectos: “Mientras sientan amor por lo que hacen, ganas de luchar y sean responsables siempre van a ir para adelante. El único que no lo logra es el que abandona cuando hay que ponerle garra. Si te levantás con las mismas ganas y no bajás los brazos se alcanza la meta. Hasta hoy, a pesar de los momentos difíciles -que siempre hay- es mi forma de vivir”.

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