La acusada María José Galtelli expuso en la última jornada de alegatos
Cada jornada, Galtelli ingresaba al juicio con las esposas en las muñecas tapadas con un pañuelo.
Este viernes, en la Sala 7 del Centro de Justicia Penal de Rosario los jueces Griselda Strólogo, Mariel Minetti y Álvaro Campos escucharon las exposiciones de cierre de las últimas dos partes que restaban dar sus alegatos: de los acusados María José Galtelli y Gabriel Godoy.
En primera instancia habló Galtelli, la oficial de policía que se desempeñaba en la Agrupación de Unidades Especiales de la Unidad Regional XVII de San Lorenzo cuando desapareció Paula. Cargada con carpetas, papeles, afiches, videos, audios y fotografías, realizó una exposición de hora y media en donde se desvinculó de todas las acusaciones que se le achacan, entre ellas destruir pruebas y distorsionar la investigación.
La mujer que es docente y además estudio abogacía rompió en llanto en varias oportunidades y dijo: “hoy tengo que hacer mi defensa, la verdad es que mucho no sé de qué me tengo que defender, pero bueno. Hace ya cuatro años que estoy privada de la libertad y la parte acusatoria me solicita 16 años de condena”. Realizó un recorrido una por una las acusaciones que recaen sobre ella. Entre ellas se le incrimina no haber intervenido la radio de un teléfono Nextel perteneciente a uno de los acusados (Gabriel Strumia). Respecto a eso mostró una nota: “allí se solicita la intervención de los teléfonos. Yo no omití ninguna radio, porque eso fue firmado por Ducasse y Krenz”, refiriéndose a una compañera de su área y al jefe de la Agrupación y agregó: “tuvimos que venir a juicio y escuchar a la testigo Virginia Rato de Observaciones Judiciales a quien se le preguntó si en el caso que se solicitaba intervenir a un abonado, qué se intervenía. Ella dijo que cuando se ponía “abonados” se intervenía tanto la línea como la radio, porque era todo lo mismo. No había que poner línea y radio, como ellos dicen”.
“Sobre la corroboración de los dichos del menor (por Nicolás Strumia), que tanto se habló en este juicio. El 1 de diciembre de 2011, reconozco que tengo llamadas telefónicas. Recibo llamada de Roxana Michl quien me da a conocer que su hijo le había comentado que había visto una chica parecida a Paula en una garita cuando él se dirigía a la escuela a buscar una nota. Voy a hablar con el Dr. Filocco y ordena que se tome declaración testimonial y se vaya a corroborar la existencia de la garita. Me comunico por teléfono con la misma línea con el menor para que se presenten al día siguiente, 2 de diciembre, en la oficina de AUE. Voy al lugar, llego y observo que existe la garita, en la garita había una persona que utilicé como testigo. El menor me hace el recorrido caminando, lo dejamos expresado en el acta y la firmo. Nos critican sobre cómo le tomamos la declaración al menor y delante de su progenitora. Fue lo que ordenó el juez Filocco. No cabe duda la mala intención de la fiscalía o la querella”, expresó Galtelli sobre las llamadas telefónicas que la vinculan con el matrimonio Strumia-Michl y su accionar tras la denuncia del hijo de los mismos.
Por otra parte, la mujer agregó que “el 6 diciembre de 2011 se hizo la búsqueda en la casa de Ortiz de Elguea quien entregó la ropa de Paula, para realizar la búsqueda con la sección perros. Nos incriminan que teníamos la ropa de Paula y que plantamos la prueba, pero quedó claro que Ortiz de Elguea entregó la ropa el 6 de diciembre. Se hizo la impronta al perro con la ropa en la casa, en la garita, luego se fue al Viejo Bar de Timbúes”.
A su vez, Galtelli declaró que “el señor Maragliano mintió en esta audiencia porque el 12 de diciembre de 2011 el se entrevista con el Dr. FIlocco y lo pone a cargo de la investigación. El 14 el personal de las TOE retira el expediente. El dice que nunca estuvo a cargo, pero consta en el expediente. El 29 cuando ya estaba a cargo de la investigación, cuando estaba con Gómez recorriendo la zona, llega una denuncia de una voz anónima que dice que Paula Perassi está con una tal Paola y le da mi número telefónico. Maragliano pidió intervenir mi teléfono por el término de 20 días.
No fue capaz de ver si eran verdad los dichos, porque el lugar donde dijeron que estuve era una panadería y en verdad era un descampado”, dijo mostrando una foto del sitio en cuestión.
Otra de las acusaciones sobre Galtelli es no haber resguardado un casete con escuchas que supuestamente se perdió, ella respondió a eso diciendo: “el casete 1 y 2 que tanto dicen que se perdió, dicen que yo redacté el acta, secuestré, perdí, como funcionaria omití. El 5 octubre de 2011, el comisario Albornoz retiró de observaciones judiciales los dos casetes 1 y 2. Dice que escuchó el casete y que en uno de eso se escucha una voz de ayuda. Nos trajeron al juicio diciendo que habíamos puesto que era una llamada telefónica, cuando el oficial puso en acta que es lo que aparenta ser una voz. Yo no redacté el acta, está firmada por el oficial Gómez, elevada por el comisario Albornoz. Ellos dicen que yo redacté el acta, pero yo estaba en franco de servicio”.
“Otra de las imputaciones que hacen es falsedad ideológica por un acta de entrega. Es un acta en el que el día 21 de septiembre de 2011 Ortiz hace entrega de listado de llamadas entrantes y salientes de Paula Perassi. Yo como secretaria de actuaciones firmo al pie. En el acta consta que Ortíz de Elguea entrega el listado y todo está firmado. Ellos dicen que hay falsedad ideológica si firmé el acta si yo no estaba presente, si yo me había retirado antes. Lo que no saben es que si hice el sumario y no hago todas las diligencias no va a coincidir el acta con sumario y mi horario de servicio”, dijo y remató: “me achacan falsedad ideológica, cuando Ortiz de Elguea reconoció el contenido del acta”.
Sobre la acusación por qué se llegó tarde al telecentro desde donde llamaron por última vez a Paula, haciéndola salir de la casa, y que no se pudo recoger la filmación de las cámaras porque cuando la policía llegó ya se habían pisado, Galtelli aseguró: “al telecentro no fui, no corroboré nada, no hice el acta, ni mis compañeros, ni Krenz, ni Gómez, ni Fernández hicieron nada incorrecto, porque cuando tuvieron la novedad (por la lista de llamadas) fueron a los 10 minutos al telecentro”.
“Nosotros buscamos a Paula un montón, hemos trabajado varias hipótesis. Le dijimos con Gómez al juez Filocco que había contradicciones en el señor Ortiz de Elguea (concubino de Paula). También nos llamó la atención el comportamiento del hijo, Lucas. La psicóloga me dijo que era necesario que el nene sea sometido a la cámara Gesell, pero el juez Filocco dijo que no y sobre las contradicciones del señor Ortiz dijo que no, que no lo podíamos tocar”, añadió.
Sobre unos supuestos mensajes desde el teléfono que usaba indistintamente Strumia y Paula, Galtelli dijo: “el número 414 el día 21 de septiembre envió mensajes de texto al teléfono de Alberto y otro al primo de Paula. Nunca manifestó el señor Perassi que había recibido esos mensajes y no pudimos saber nunca el contenido de los mismos”.
Al finalizar, la mujer quebrada en llanto dijo: “con todo lo que declaré en este momento lo único que pedimos es que se nos absuelva de todos los delitos que se nos achacan. Soy ajena a todas las imputaciones que me están haciendo. Soy ajena yo, Comisario Krenz, Gómez y Godoy. No veo realmente cuáles son los motivos de la fiscalía de tenernos privados de la libertad. Llevo 1462 días detenida, 4 años, al igual que mis compañeros. Lo que se evidencia es la liviandad con la que se nos trató”. y remató: “este colectivo criminal, como nos llamaron, lo único que hizo fue investigar”.
Alegato
Tras la declaración de la acusada, su abogado defensor, el Dr. Oroño consideró en su alegato: “Queremos marcar la total discrepancia con la posición que ha mantenido la acusación pública y particular. Por lo que solicitaremos la absolución de Galtelli por la totalidad de los cargos que se le formulan. Se piden 16 años porque sí. ¿Qué se pretende? Se pretende no hagan justicia como deben hacer, pretende mandar un mensaje a la sociedad de hicimos justicia” .
“Vamos a coincidir todos en cuanto a que el dolor del señor Perassi es genuino, legítimo y todos lo respetamos. Pero también debo decir que por más genuino, legítimo que tenga una causa dolorosa, el dolor no convierte a nadie en fiscal, juez, ni dueño del destino de ninguna persona y que no puede cambiar la esencia de este recinto, que es un tribunal de justicia. El dolor no puede convertir a este tribunal en un altar de los sacrificios, donde al Dios dolor le ofrendemos nada menos que la libertad de las personas. Todos venimos a buscar justicia”, aseveró y concluyó diciendo: “voy a pedir que absuelva de culpa y cargo a María José Galtelli, ante la poca probable posibilidad de que la considere penalmente responsable por alguno de los hechos se encuadre su acción como delito único, se imponga lo mínimo previsto para ese delito único y se tenga por purgada la pena”.
Flavia Campeis