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“Me voy triste porque nadie dijo dónde está Paula”

El conmovedor testimonio de Alberto y Alicia al finalizar los alegatos

Alicia y Alberto pasaron todos los días afuera del Centro de Justicia Penal durante el juicio

El 21 de marzo se renovaron las esperanzas para los papás de Paula. Hacía siete años y medio que esperaban el juicio para saber qué pasó con su hija. El 26 de abril se sienten en parte frustrados.

La tristeza de sus ojos fue tanto en Alberto y Alicia como en quienes los acompañan desde hace mayor o menor tiempo. En 18 días de audiencias, nadie, absolutamente nadie, dio un dato sobre qué pasó, qué le hicieron a Paula y al bebé que esperaba.

Alberto llegaba cada mañana con Alicia al Centro de Justicia Penal en la zona sur de Rosario y durante 18 días dispuso los carteles con la foto de su hija y el pedido de justicia. Al ingresar al lugar acompañaba a sus abogados, por “cábala”, como les decía, les daba un abrazo y les deseaba suerte, los dejaba en la puerta y volvía con Alicia. Él, a quién la suerte o más bien la justicia lo viene abandonando desde el 18 de septiembre de 2011, le deseaba suerte a abogados y al resto de las personas que ingresaban a presenciar las audiencias.

El y Alicia aguantaban afuera, bajo días de sol, pero también de viento y lluvia. Ofrecían facturas y tortas que su hija Fernanda mandaba para los que hacían el aguante, ofrecían mates, ofrecían la entereza de unos padres que buscan justicia por la hija que le arrancaron. Ofrecían y ofrecen el ejemplo para muchos.

Cuando terminaron los alegatos, cuando fue el último día de audiencias este viernes 26 de abril, y cuando solo resta esperar la lectura del fallo el próximo jueves 2 de mayo, Alberto y Alicia hablaron con SÍNTESIS, único medio que estuvo en cada una de las audiencias, sin faltar a ninguna.

Alberto expresó: “hasta acá llegamos, esperemos que se haga justicia. Lo lamentable es que nadie dijo absolutamente nada. Nosotros nos vamos de acá sin nada, pero bueno, que actúe la justicia y si realmente se han dado el lujo de no decir qué es lo que hicieron y qué pasó con Paula, lo que digo es lo contrario de lo que decía antes: que se pudran la cárcel”.

Alicia, en medio del llanto por tanto vivido estos años manifestó: “me voy triste porque nadie dijo a dónde está Paula, que era lo primero que quería saber, para decirle a sus hijos Lucas y Agustín. Y bueno, Dios sabrá, qué tiene que hacer con esta clase de gente”. Cuando volvía a recorrer los 30 kilómetros que la separan del Tribunal de su hogar, escribió en su muro de Facebook: “Me voy a casa sin poderle decir a mis nietos a dónde está su mamá”.

Ante esas palabras, no hay mucho más que decir. Solo esperar justicia, y que alguna vez Lucas y Agustín puedan saber qué pasó con su mamá.

 

 

Flavia Campeis