El uso de pirotecnia puede parecer divertido pero es importante recordar que sus efectos son perjudiciales, especialmente en niños con trastorno del espectro autista y para los animales.
Para los niños con TEA, los ruidos fuertes y repentinos son abrumadores y pueden provocar ansiedad, desorientación y, en algunos casos, crisis emocionales. La experiencia sensorial que disfrutan otros se convierte en un momento de angustia para ellos.
Los animales también sufren: los perros y gatos tienen un sentido del oído mucho más agudo que el nuestro, y los estruendos de la pirotecnia disparan casos de estrés. Muchos intentan escapar del ruido, lo que puede llevar a situaciones peligrosas y accidentes.