Los científicos estudian el crecimiento de los lagos de deshielo en la plataforma continental. "El principio del fin".
Los científicos estudian el crecimiento de los lagos de deshielo en la plataforma continental. "El principio del fin".
El mapa de la Antártida está cambiando para siempre: gigantescos bloques de la plataforma de hielo se separan y los científicos advierten de los potenciales daños que puede causar este fenómeno.
El último en desprenderse fue el Larsen C que, desde la perspectiva del tiempo geológico, se separó a una velocidad sorprendente de la plataforma de hielo. En su superficie abundaron lagunas de deshielo de más hasta 400 metros cuadrados y la grieta que lo empezó a separar del continente midió casi 200 kilómetros de largo y en alguna de sus partes el ancho alcanzó los 2000 metros, según un estudio publicado por National Geographic.
Cuando la grieta del Larsen C llegó a su expansión final dio lugar a un iceberg de unos 5000 kilómetros cuadrados, 24 veces el tamaño de la Ciudad de Buenos Aires. Su tamaño superó los pronósticos con los que lo daban por uno de los más grandes jamás registrados, indicaron los especialistas del Proyecto Midas, desarrollado en conjunto por profesionales de las Universidades de Swansea y Aberystwyth.
Por su parte, un equipo co-dirigido por científicos con base en el Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencia Medioambiental (CIRES, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Colorado en Boulder, aseguraron que los lagos de agua de deshielo crecieron exponencialmente. Para los especialistas, se trata de un fenómeno que puede haber provocado el colapso de la plataforma de hielo Larsen B en 2002.
El grupo de expertos advirtió que la situación de la plataforma podría impactar potencialmente en otras plataformas de hielo vulnerables, lo que hará que se rompan, acelerará la descarga de hielo en el océano y, por último, contribuirá al aumento global del nivel del mar. Para algunos, es el "principio del fin".