Hoy San Lorenzo celebra los 229 años de vida

Hoy San Lorenzo celebra los 229 años de vida

 

Se realizará el acto a las 16 h en la Parroquia San Lorenzo Mártir.

 

Hoy se conmemora un nuevo aniversario de la ciudad de San Lorenzo, cuya “fundación” fue determinada arbitrariamente por el Concejo Municipal en el año 1984, ya que la ciudad carece de una fundación específica, sino que se fue formando con el paso del tiempo.

Lo que el Concejo determinó en aquella época fue tomar la fecha de la instalación de los franciscanos en el actual Convento San Carlos.  En efecto, el 6 de mayo de 1796 los franciscanos se asentaron en el Convento San Carlos, luego de haber estado 15 años viviendo en la antigua estancia jesuítica, abandonada posteriormente a la expulsión de la Compañía de Jesús de las tierras gobernadas por la corona española.

La estancia San Miguel se alzaba en las orillas del río Carcarañá, frente a la actual localidad de Pueblo Andino, en jurisdicción de Aldao. Sus tierras abarcaban un amplio espacio de trescientas mil hectáreas limitado por el mismo río Carcarañá, el río Paraná, el arroyo del medio y hasta muy entrada en la actual provincia de Santa Fe cerca de los límites con Córdoba.

 

Un poco de historia

El padre franciscano Juan Matud, nacido en España en 1713, había arribado a estas tierras americanas en 1749. Luego de ocupar diversos cargos en Chile y Perú, regresa a Buenos Aires con la idea de crear un Colegio de Propaganda Fide en la abandonada estancia San Miguel del Carcarañal. Con el apoyo del virrey logra su objetivo y, a partir de ese momento, comienza una ardua tarea para instalarse en el lugar. Tras varias dificultades su salud se fue deteriorando y terminó sus días en el Convento de los Recoletos en Buenos Aires, donde fallece el 9 de marzo de 1784.

La vieja estancia San Miguel ahora tenía el nombre de San Carlos Borromeo y su nuevo guardián, el padre Fray Miguel Ruiz de Riaños, realiza arreglos y amplía las construcciones, pero ya se comienza a vislumbrar la idea de que el puesto de San Lorenzo era “un lugar más ventajoso” para echar raíces. El virrey de Arredondo aprueba la construcción de un convento en dicho lugar y el dueño de esas tierras, Félix Aldao, dona el terreno (de una legua de frente y una de fondo) para tal fin.

Hacia 1792 lograron levantar una capilla, un galpón y dos hornos de ladrillos, rancho para capataces, se abrió una bajada al río Paraná, entre otras construcciones. En 1795, ya siendo guardián Tomás Orio, se encontraba prácticamente terminado el convento.

Es así que el sábado 6 de mayo de 1796 los franciscanos se trasladan definitivamente al nuevo convento San Carlos Borromeo, luego de 15 años de estar viviendo en el antiguo asentamiento jesuita.

Antigua galería del Convento San Carlos

 

El historiador Miguel Angel Piagentini describe ese momento en una nota publicada en SÍNTESIS (en el N˚ 218, con fecha 11 de mayo de 1996), en relación con el bicentenario de la ciudad:

Para realizar el traslado lo hicieron en algunos coches que les habían facilitado. Utilizaron para esta circunstancia el camino Real también llamado Camino de Postas o Camino principal que era el que unía Rosario con la ciudad de Santa Fe, luego tomaron por otro camino que es el que "se formó en diagonal sur noroeste, de una distancia de tres leguas, dejando el camino Real". Suele decirse que el Camino Real por el cual pasaban las carretas era la actual calle Dorrego.

En ese lugar los Franciscanos se bajaron de los coches, -caminaron a pie en dirección del Pino Histórico. Allí los esperaban Fray Miguel Ruiz de Riaño con otros sacerdotes junto a las imágenes de San José y San Francisco de Asís, trasladándose en procesión hasta el Convento mientras cantaban un himno litúrgico propio de la fecha cercana a San José; además de otro en honor de San Francisco de Asís.

Al llegar al Convento se cantó un Tedeum, que es un himno litúrgico de acción de gracias; posteriormente se entonaron algunos versículos, oraciones de acción de gracias por parte del Padre Nicolás Palacios, que era quien presidía la celebración.

Tras ello se trasladaron a la sacristía, inclusive las mujeres que habían asistido a estos actos ya que aún no estaba oficializada la clausura, la cual se formaliza tras la bendición de la casa y la vuelta de las mujeres y toda la comunidad a la sacristía.

Enseguida se trasladaron al Refectorio o comedor donde compartieron la mesa con quienes los habían acompañado desde el anterior asentamiento y otros que llegaron a posteriori; mientras que las mujeres lo hicieron en otro lugar. Después del almuerzo se retiraron a tomar un descanso, y después se realizó el rezo de las vísperas y la comunidad sola rezó los primeros maitines sin la presencia de los invitados con lo cual se dio comienzo a la vida de clausura de los Padres Franciscanos. Al día siguiente, además de cantarse la misa y hacer una plática, el Padre Guardián almorzó con quienes habían llegado de lejos.De esta forma podemos decir que comienza la actividad de los Franciscanos en nuestra comunidad sanlorencina.