Después de una térmica de 35.7 grados, al atardecer del sábado, el cielo se oscureció y calló un verdadero diluvio.
Después de una térmica de 35.7 grados, al atardecer del sábado, el cielo se oscureció y calló un verdadero diluvio.
Según se informó, además de agua, en algunas zonas cayó granizo y hubo fuertes ráfagas de viento. Varias cuadras quedaron anegadas y hubo árboles caídos en la zona del centro de la ciudad.
El fenómeno se registró a partir de la hora 19 y no se reportaron mayores inconvenientes.