Con la proximidad de la Navidad cada 8 de diciembre se arma el arbolito, que en nuestro país fue elegida esta fecha por cuestiones religiosas y culturales. En efecto, el 8 de diciembre se celebra la inmaculada Concepción de la Virgen María. En Argentina, además, es un día feriado, que este año pasa desapercibido por caer un día domingo.
A continuación se ofrecen algunas explicaciones del origen del árbol de Navidad y por qué se decoran, cuya fuente de información es el famoso libro “Tradiciones de Navidad”, de Desmond Morris.
Pino o Arbol de Navidad
Morris subraya en su libro que el pino navideño tiene sus orígenes en el antiguo rito pagano de la adoración del árbol. Fueron los germanos quienes allá por el siglo VIII adoraban al roble. Y aunque posteriormente, ante la conversión, se intentó inclinar sus ritos hacia los netamente cristianos se negaron rotundamente a declinar sus adoración hacia el árbol.
Los misioneros adoptaron esa costumbre pagana pero reemplazaron el roble por el abeto, el cual con su forma triangular representaba a la Santa Trinidad. Los germanos oyeron los argumentos de los misioneros que hacían referencia a que cada punta representaba a Dios Padre (en las alturas), a Dios Hijo y Dios Espíritu Santo (en los extremos inferiores), con lo que se compatibilizó la antigua creencia con el homenaje a la nueva deidad cristiana. Ante la aceptación de los germanos se produjo el nacimiento del árbol de la navidad, tal como lo conocemos en la actualidad. De todas maneras, y si bien se transformó en una costumbre germana, tardó muchos años en llegar a Inglaterra. Allí se aceptó el árbol de navidad recién en el siglo XIX, en su segunda mitad.
¿Por qué decoramos el árbol de Navidad?
La decoración de un árbol de Navidad implica, una vez más, recrear una costumbre netamente pagana.
En las épocas en que la gente creía en los espíritus de los árboles, los decoraban en invierno. La creencia decía que cuando los árboles perdían sus hojas, los espíritus benefactores lo abandonaban y los árboles perdían la capacidad de dar frutos. Es así que para estimular el regreso de los espíritus se colgaban a los árboles decoraciones hechas en piedras pintadas y telas coloreadas. Mucho más tarde, al introducir el pino en casa para la Navidad, también se siguió con la costumbre de adornarlo y decorarlo con los más variados elementos. Estas costumbres datan del siglo XVII en Alemania; y fue “de la mano de la reina Victoria” como se propagó por todo el mundo...
¿Por qué decoramos el árbol de Navidad con bombitas de vidrios de colores?
Su origen es bastante insólito. Alrededor de doscientos años atrás, los sopladores de vidrios de Bohemia sufrían de exceso de calor y de trabajo.
Durante la jornada de trabajo entre las llamas sufrían de una sed inmensa que apagaban con creciente eficacia a medida que pasaban las horas. Ya durante la tarde se encontraban con un ánimo festivo y rivalizaban sobre quién haría la burbuja más grande.
Es así que las burbujas eran seleccionadas y muchas descartadas (las más chicas), hecho que no pasó inadvertido a las mujeres, quienes las rescataron para llevarlas a los mercados navideños y allí venderlas como novedades.
Las primeras bombitas resultaban muy pesadas y gruesas, más tarde (1863) llegó el gas y la posibilidad de controlar las llamas y comercializar mejor aún las bombitas de colores y más livianas.
En realidad, lo que comenzó como juego de borrachos acabó como importante industria navideña.