Hay momentos que marcan y experiencias que quedan para toda la vida. Esta es una de ellas. Con 76 chicos, familias y un equipo comprometido, la Escuela de Fútbol Islas Malvinas disfrutó 8 días entre viaje, torneo y tiempos libres. No fue sólo competencia sino la experiencia.
“Atravesar los majestuosos Andes fue, en sí mismo, una experiencia única. Llegar a otro país, conocer su cultura, admirar sus paisajes y compartir momentos fue enriquecedor. Chile nos recibió con sus montañas imponentes, su costa interminable y su gente amable. Pero, aunque las diferencias culturales son evidentes, algo nos une profundamente: la pasión por el fútbol", expresaron desde la EFIM.
La pelota los unió: “El torneo en La Serena fue mucho más que una competencia deportiva. Fue el escenario donde estos chicos demostraron su entrega, su amor por la camiseta y ese sentido de pertenencia que nos distingue. Cada partido fue una muestra de esfuerzo colectivo, en el que las victorias y derrotas se vivieron como propias, independientemente de quién estuviera en el campo de juego”, contaron.
“Este equipo no solo juega fútbol, vive el fútbol. Desde los colores que representan a Islas Malvinas hasta el compromiso con sus compañeros, los chicos dejaron en claro que no hay desafíos imposibles cuando se trabaja con pasión y unidad”, añadieron.
Familias: el motor de este proyecto
Al hablar de la proyección, expresaron: “Nada de esto habría sido posible sin las familias. Su apoyo, compromiso y dedicación son el pilar fundamental de este proyecto. Cada esfuerzo, cada hora extra de trabajo y cada peso invertido se vio reflejado en las sonrisas y la felicidad de los chicos. Ustedes, padres, son los verdaderos héroes detrás de esta experiencia”, estimaron desde la institución deportiva local.
Luego, completaron: “Comenzar el año de esta manera pone la vara muy alta, pero no nos achicamos. Este viaje no es el final, sino el inicio de nuevos desafíos. Chile nos dejó aprendizajes, recuerdos y la certeza de que podemos soñar en grande”.
Para finalizar, comentaron: “Somos más que un grupo de jugadores, familias y profesores. Somos un equipo unido por la pasión, el respeto y el agradecimiento. Aunque pensemos diferente, lo importante es que compartimos un mismo objetivo: crecer juntos, dentro y fuera de la cancha. Gracias, chicos, por devolvernos tanto con su felicidad y esfuerzo. Gracias, familias, por confiar y acompañar. Somos agradecidos, somos felices, somos pasión”.