El 2017 le trajo la madurez y el tenis que necesitaba para crecer. Con 24 años transcurridos, el tenista sanlorencino transita su mejor momento en su carrera deportiva y con las perspectivas de alcanzar picos más altos. Una culminación de calendario y la puesta a punto para el futuro inmediato, que ya se aproxima en pocos días.
El 2017 le trajo la madurez y el tenis que necesitaba para crecer. Con 24 años transcurridos, el tenista sanlorencino transita su mejor momento en su carrera deportiva y con las perspectivas de alcanzar picos más altos. Una culminación de calendario y la puesta a punto para el futuro inmediato, que ya se aproxima en pocos días.
“Sin duda la última temporada fue la mejor. No hay un motivo exacto de que por qué me fue bien. Creo que la clave fue haber estado dos años radicado en España, entrenando mucho, estando lejos de la familia y de los amigos; estar aislado me ayudó a enfocarme en lo mío. No es algo que se da de un día para el otro. Es un trabajo, un proceso largo, que por suerte ya empezó a dar sus frutos”, explica Dante mientras se toma un pequeño descanso dentro del trajín de la pretemporada.
- ¿Qué puntos salientes remarcás para este, tu presente?
- Crecí bastante físicamente; fue algo que siempre me costó, que nunca le presté la real dimensión, como también a la alimentación. Fui mejorando algunos detalles, más en estos últimos años. Al estar mucho mejor del físico fui tomando mucha confianza. Sabía que podía estar tres horas disputando un partido sin cansarme y, eso te da un aire de tranquilidad extra y automáticamente tu juego crece. Y además fui afinando el saque, la derecha, el revés, el cerrar los puntos con la volea. En fin tratar de ser un jugador más completo en todos los aspectos.
- ¿Qué te falta para seguir creciendo en el mundo tenis?
- Seguir en esta línea, no desviarme, no desenfocarme. Para eso planifiqué hacer la pretemporada a CABA, con uno de los mejores equipos, tal vez el mejor para realizarla (Alejandro Fabbri-Antonio Pastorino). Los costos son altos, al igual que vivir en Buenos Aires, pero es el momento de invertir, de apostar hacia lo que vendrá. Fueron cuatro semanas de entrenamiento de altísima calidad, que son la base para todo el año y, en mi interior sé que los aproveché en buena forma. Y tratar de ser cada vez más profesional, sumando todo el tiempo en el aspecto corporal, tenístico, cuidarme las lesiones para no tener grandes parates, poseer una buena y saludable alimentación y, así poder disputar una cantidad importante de torneos.
Después de una intensa y fructífera pretemporada que compartió junto a otros colegas, como el uruguayo Martín Cuevas, el ecuatoriano Diego Hidalgo, el boliviano Hugo Dellien y sus compatriotas Federico Coria y Franco Agamenone, Gennaro se dispone a arrancar esta nueva temporada, desde el lunes 5 de febrero en Mallorca, España, para luego trasladarse hacia Murcia y completar así los dos primeros Futures ITF que repartirán cada uno 15.000 dólares en premios y, se jugarán sobre polvo de ladrillo.
Luego vendrá una seguidilla de torneos sobre cancha dura que no son de su prioridad, pero son los únicos dentro del calendario de Futures. En mayo tendrá el compromiso de jugar interclubes para un club francés. Mientras que la idea es ir intercalando challengers, jugando las clasificaciones o jugar aquellos en los cuales tenga la posibilidad de entrar directo al cuadro principal.
- ¿Cuál es el principal objetivo para este año?
- Terminar dentro del puesto 300° del ránking ATP. No será fácil alcanzarlo, pero me lo puedo plantear con creces. Me veo con muchas chances y ganas de lograrlo. Para eso voy a estar haciendo base nuevamente en Mallorca, con Matías Cáceres como coach. Tengo para defender hasta agosto solamente dos puntos, así que la posibilidad de sumar es plena. Me faltan veinticuatro puntos para alcanzar aproximadamente el puesto 450° (actualmente se ubica 551° con 56 unidades). Con ese posicionamiento se hace todo más dinámico; sos cabeza de serie en todos los Futures, las primeras rondas son más accesibles. Y se arranca un camino muy lindo, más importante. Pero todo a full, sin bajar ni un minuto, con los objetivos muy claros. Es un trabajo muy fino, en el cual no se puede dejar de lado mínimos detalles, como la alimentación, la prevención de lesiones, el descanso, el estado físico. Y con la confianza plena que los resultados que uno anhela y busca van a venir.
Ciro Pelussi