María Vilalta en una de las charlas que brindó en Colombia (Biblioteca Fusagasugá)
La escritora y poeta sanlorencina María Vilalta charló con SINTESIS sobre su reciente experiencia en Colombia, donde fue invitada a diversos encuentros literarios en ciudades marcadas por el arte y la historia. Refirió cómo la cultura y la poesía se convirtieron en herramientas de cambio en un país que busca reescribir su historia desde el arte.
Tras definir al viaje al país cafetero como “muy especial”, María contó: “Fui invitada a un evento internacional de poesía organizado por la Fundación Árbol en Fusagasugá, una ciudad bellísima entre las montañas. Este evento lo dirige Henry, un amigo colombiano que me contrató hace dos años para dar clases de narrativa. Estuvieron allí mis alumnos, otros poetas, artistas plásticos, y músicos. También tuve el honor de dar una charla en la universidad sobre la importancia del libro en la educación, un tema que sorprendió por la gran participación de docentes y profesores. Discutimos desde la inteligencia artificial hasta cómo la tecnología puede servir de puente para fomentar la lectura entre los jóvenes”, detalló.
Luego destacó que la experiencia “fue muy enriquecedora, con actividades al aire libre y lecturas nocturnas en plazas. Las escuelas de arte llevaban sus actividades a la calle, invitando a la comunidad a participar y apropiarse del evento cultural”.
Pero Fusagasugá no fue su único destino colombiano. “También tuve otra invitación en Rovira, una ciudad con una historia difícil debido a la violencia de la guerrilla y el narcotráfico, pero que hoy está resurgiendo a través de la cultura. Me sorprendió la inversión que realizan los municipios y el gobierno en programas culturales, apoyando instituciones que buscan transformar el ambiente y la estructura de las ciudades”.
En referencia a la relación que pudo establecer con la gente de ambas ciudades, la escritora y poeta de San Lorenzo resumió: “Fue algo increíble. Por las calles me paraban desde niños hasta adolescentes que querían conocerme. Visité escuelas y participé en un desfile en Rovira, donde montaron una carroza en honor a Argentina, con Messi, la Copa del Mundo, y nuestros colores celeste y blanco. Fue muy emotivo”.
¿Cómo se vivieron esos encuentros poéticos?
Los encuentros de poesía son espacios intensos. Se cantan himnos, se comparte poesía en charlas que llamamos "Noches de Bohemia". Hay un intercambio profundo, y es interesante ver cómo cada edad tiene su voz poética. En Colombia, hay una vanguardia muy vibrante en la poesía, con una búsqueda y experimentación constante. Un profesor universitario, Jorge, me comentó que para ellos es valioso escuchar a poetas de generaciones mayores porque, aunque tienen estilos distintos, encuentran un camino de expresión diferente en nuestras voces.
¿Cómo describirías la relación entre tu poesía y la colombiana?
Es interesante porque, aunque mis estilos son distintos, mi poesía parece conectar con la gente allá. Es algo que llega a las personas; no sé cuál es el canal, pero definitivamente hay uno. He notado que, en Colombia, la poesía y el arte tienen un valor diferente, más presente que en Argentina, en parte por el esfuerzo de los gobiernos que han apoyado la cultura como una vía hacia la paz y el desarrollo social. Es una inversión a largo plazo, y para mí, viajar allí y ser parte de esos proyectos son experiencias valiosas.
Luego, María volvió a hacer hincapié en la dedicación del gobierno colombiano hacia la cultura. “Desde hace siete años noto cómo el Estado fomenta la cultura en plástica, literatura, música y más. Organizan espectáculos musicales con artistas internacionales, fomentan traducciones, y apoyan a sus autores para salir al exterior. Para ellos, la cultura no es un gasto, sino una herramienta para avanzar como sociedad. Es algo que Argentina podría tomar como ejemplo, ya que allí la cultura es vista como un camino para la paz y el desarrollo comunitario".
¿Qué te queda de esta experiencia?
Colombia es un gran país, con una gente cálida, educada, y muy receptiva con el extranjero. Más allá de las noticias negativas que conocemos, hay una Colombia que apuesta por el arte y la cultura para cambiar su destino. Este viaje me deja aprendizajes, amistades nuevas, y una invitación a seguir compartiendo poesía y experiencias.