Se desarrolló en el subsuelo del Centro Cultural y Educativo Municipal de San Lorenzo. La pieza, con la actuación de Constanza Arcos, cuenta la historia de María Teresa Manzo quien, detenida en El Olimpo durante la última dictadura en Argentina, dejó una carta detallando cómo quería que sus padres criaran a su hija, Victoria.
Con total éxito y superando todas las expectativas de asistencia de público, se puso en escena el último sábado 23 de marzo en el subsuelo del Centro Cultural y Educativo Municipal de San Lorenzo, la obra teatral "La carta más triste que he escrito en mi vida", con la actuación de Constanza Arcos y la dirección, puesta en escena y dramaturgia de Romina Paesani, quienes llegaron a esta ciudad de Junín, Buenos Aires.
La presentación fue organizada por el grupo de teatro independiente "Teatruca" y relata la historia de María Teresa Manzo, una santafesina cuya vida estuvo entrelazada con la del sanlorencino Óscar Winkelmann. Detenida en centro clandestino de detención, tortura y exterminio "El Olimpo" durante la última dictadura cívico militar en Argentina, la mujer dejó una carta detallando cómo quería que sus padres criaran a su hija, Victoria.
En ese escrito, María expresa su amor y preocupación por el bienestar de su hija en medio del caos y la incertidumbre. Victoria, actualmente psicóloga y madre, recuerda con emoción y gratitud el cuidado y amor de sus abuelos, quienes la criaron siguiendo las instrucciones de su madre. A través de esta historia, se refleja la resiliencia y el inquebrantable vínculo familiar incluso en los tiempos más difíciles.
Con anterioridad a la obra, integrantes de "Teatruca" desarrollaron una intervención teatral irrumpiendo entre el público representando a María Teresa y a Óscar en una puesta que se llamó "¡Pica! 30 mil compañeros!"
Pero la verdadera magia del evento radicó en la presencia de los familiares de Oscar Winkelmann, quien fue víctima de la represión. “El encuentro con ellos no solo fue emocionante, sino que representó un esfuerzo por construir una memoria colectiva y reconstruir los lazos familiares, que el terrorismo del Estado había intentado destruir”, destacaron.
Durante el intercambio con los familiares, se compartieron vivencias, recuerdos y reflexiones sobre cómo la memoria sigue siendo un pilar fundamental en la sociedad actual, especialmente para aquellos que aún buscan respuestas y justicia para sus seres queridos desaparecidos.
El público demostró el interés y la necesidad de mantener viva la memoria histórica y continuar con el proceso de verdad y justicia. “Cada actuación, cada palabra y cada encuentro, fueron pasos hacia la reconstrucción de una memoria colectiva que nos une como sociedad y nos recuerda la importancia de no olvidar nunca”, resaltaron tras la presentación.