A más de cuatro meses del inicio del aislamiento social por la pandemia, a pesar de que muchos sectores reiniciaron sus actividades paulatinamente, dentro de la llamada “nueva normalidad”, hay muchos que sufren cada vez más la imposibilidad del encuentro cercano, entre ellos el arte y en particular el teatro.
A más de cuatro meses del inicio del aislamiento social por la pandemia muchos que sufren cada vez más la imposibilidad del encuentro cercano, entre ellos el arte y en particular el teatro.
Como contábamos en SÍNTESIS semanas atrás, recorriendo la situación de artistas de la música y los nuevos modos que debieron encontrar para compartir su trabajo, desde el teatro, el panorama es un poco más complejo, y actores y actrices coinciden en la necesidad de ese “aquí y ahora” en el encuentro con el público desde el escenario, que no se puede reemplazar y que esperan que se retome pronto y con las medidas de seguridad necesarias.
Actrices y actores de San Lorenzo reflexionan sobre este periodo en que debieron cambiar las modalidades de sus presentaciones, pero también sus ensayos, el cómo enseñar, y en algunos casos, hasta poner en pausa todo.
La imposibilidad de un teatro online
Cuando surgió la pandemia, el joven talento local Gabriel Marinucci estaba trabajando en dos obras de teatro: “El combate de San Lorenzo” de la productora Somos Memoria, y un unipersonal junto a la dirección de Graciana Matalía, la asistencia de dirección Nicolás Terzaghi y textos Mauricio Stirnemann. Ambas propuestas debieron suspenderse.
La obra sobre el Combate había sido estrenada en febrero, tenía funciones programadas y vendidas para el 2020 que no pudieron realizarse “nos quedamos sin ese trabajo los actores y quienes conforman la productora”, explicó Gabriel.
También, respecto a otras posibilidades de trabajo en este contexto, el actor consideró que “no hemos podido idear otras metodologías de trabajo, es una cuestión muy personal, porque todo lo que tiene que ver con el streaming y videos, respecto al teatro, me parece una especie de paliativo, suaviza un poco, pero deja de ser teatro porque es eminentemente presencial, aquí y ahora, entonces no estoy muy amigado, quizás sirva para otras cuestiones como la música”.
En este mismo sentido el reconocido actor y director de amplia trayectoria, Edgardo Molinelli, que al comenzar la cuarentena estaba a días de reestrenar la obra “Fausto o la pasión según Margarita”, también se refirió a la imposibilidad de compartir su trabajo de manera online.
“Pensamos que el teatro es un fenómeno único e irrepetible, que no es lo mismo que filmar un espectáculo y darlo a conocer. Por cuestiones energéticas del encuentro con el público y porque los tiempos y las sensaciones son distintos”, afirmó y remarcó: “no consideramos que una obra de teatro en el estilo que nosotros trabajamos pueda trabajarse vía web, es una filosofía de lo teatral, por eso decidimos quedarnos al resguardo de la salud y de no caer en cuestiones que no consideramos propicias para nuestro quehacer teatral”.
Edgardo aseguró posicionarse desde “un teatro más artesanal, el teatro independiente” y sobre lo que vendrá, reflexionó: “en mi próximo proyecto voy a pensar muy bien qué quiero contar como actor en una obra, porque la gente va a venir herida de una situación compleja emocionalmente, por lo tanto, uno va a tener que pensar bien qué es lo que el público desea, más allá de la decisión personal de trabajar en el tema, la forma y la filosofía que uno desea”.
El encuentro
Por su parte, la directora de la obra sobre el Combate de San Lorenzo, Gretel Payer, quien también es actriz y docente, remarcó lo difícil de este momento. “Es responsabilidad de todos cuidarnos, pero requiere un esfuerzo muy grande. Como docente teatral, los talleres no han podido abrir sus puertas y las funciones de obras que llevan un año producirlas, no han podido llevarse a cabo” y remarcó: “el esfuerzo es grande y la incertidumbre sobre cuándo se abrirán las puertas de teatros o talleres, también”.
Sobre el encuentro necesario Gretel aseguró: “mi convicción es que, en el área teatral, mi trabajo tiene que ver con el encuentro, con el otro, la presencia y en este momento al estar cortado eso, no es posible. Se han buscado modos y maneras de seguir conectados y construyendo, ideando, creando, escribiendo, pero llevar a cabo propuestas con público no es posible y no sabemos cuándo lo va a ser”.
Mientras tanto, la joven actriz Paula Echenique, integrante del elenco del teatro del Centro Cultural de San Lorenzo que dirige Gabriel Marinucci, contó cómo se paralizaron los ensayos de “La casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca, en la que también actúa su madre, Gabriela Echenique.
Paula consideró que “a todos nos afecta de algún modo esto, es una situación muy particular, desde el arte y el teatro podemos decir que lo que hacemos ya es muy difícil de mover, requiere de muchísimo trabajo y en esta situación es doblemente complicado” y remarcó: “una manera de ayudar es la difusión, apoyar a los artistas locales y asistir cuando se puedan hacer funciones”.
Gabriela Echenique lleva 40 años de recorrido tanto en la escena teatral local como en Buenos Aires. Consideró fundamental de esta etapa el “cuidarnos”. Este año volvió al primer lugar donde comenzó su carrera teatral, el Centro Cultural de su cuidad y contó que “al arrancar la cuarentena se dificultó ensayar, seguimos trabajando con lecturas de la obra, pero la situación que provoca el distanciamiento social modifica la manera de trabajar”.
A la vez, Gabriela consideró que “ideas nuevas siempre surgen, durante la cuarentena participé de un ciclo del espacio 'La casa cultural', donde algunas actrices y actores hicimos lecturas y han surgido maneras de llegar a la gente, pero no es lo mismo y en relación al teatro y al trabajo se complica muchísimo porque el teatro es el aquí y ahora, es el momento, por lo tanto, está todo bastante parado”.
En este sentido, realizó un análisis de la situación del arte a nivel nacional y consideró que “esto recorre a todas las actrices y actores del país, que están viviendo una situación muy crítica que ya venía de los años anteriores, con del gobierno de Mauricio Macri que castigó al sector artístico y cultural con fuerza, así que arrancamos la pandemia con el nuevo gobierno, pero veníamos de una muy mala situación que se profundizó para todos los trabajadores y los del arte escénico están muy afectados, por lo que se está viendo maneras de paliar la situación terrible que están viviendo compañeros actores y actrices en todo el país”.
Gabriela consideró que “la comunidad en la región siempre fue muy solidaria con los actores y actrices locales” y explicó que “hace falta en este momento una articulación desde el Estado, que contemple la financiación de proyectos y que pueda crear espacios laborales en instituciones públicas, artísticas y culturales que pueda mejorar la situación de los actores y del teatro”.
Raúl Díaz, pertenece a “Hacemos teatro” un grupo independiente de 11 actores y actrices de San Lorenzo y la región que en los últimos dos años hizo 21 funciones de la obra “Ceferino Mate Concert”, dirigida por Mariano Rey y María Rosa Pfeiffer, además de participar de ensayos de una próxima obra teatral escrita y dirigida por Mauricio Stirnemann, que se suspendió cuando se declaró la cuarentena.
Raúl explicó que “en cuanto a las metodologías de trabajo, no pudimos hacer reuniones grupales por la cantidad de actores que somos, por lo que quedó todo en stand by” y adelantó que “con el grupo de Ceferino Mate Concert estamos ideando empezar a hacer funciones al aire libre, ya que la obra lo permite”.
Raúl valoró la importancia de la difusión que pueda hacer la comunidad en general de las obras locales y aseguró que “cuando se pueda volveremos a las tablas porque lo que más extrañamos es eso, estar arriba del escenario y tener el contacto cara a cara con la gente. Solo nos queda esperar, tener esperanza y ver cuándo podemos volver con todo”.
Voces de personas de la cultura de nuestra región que atraviesan una situación muy compleja en el contexto de la pandemia y que esperan que la salida sea pronto y que la comunidad, y el Estado, acompañen.
Flavia Campeis