Aunque los argentinos nos jactamos de ser los campeones del cultivo de la amistad y creemos que lo celebramos de una forma única e irrepetible, en cada momento en que tenemos oportunidad de juntarnos, el Día del Amigo tiene diferentes fecha de celebración en todo el mundo. Pero para atentado de nuestro ego, el Día Internacional de la Amistad se celebra el 30 de julio, por disposición de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que tomó como fecha la Cruzada Mundial de la Amistad, una iniciativa del paraguayo Dr. Ramón Artemio Bracho, en el año 1958.
Febbraro y la llegada del hombre a la Luna (Foto: www.red-dental.com)
Sin embargo, voy a decir en que no es lo mismo el Día Internacional de la Amistad que el Día del Amigo, o por lo menos para la percepción que tenemos los argentinos del concepto “amigo”. Y para ello, fue un argentino el que propuso que el Día del Amigo se celebre el 20 de julio, y no se trata de un amigote, de un vago al que se le ocurrió proponer esta fecha por puro ánimo de festejo. Todo lo contrario a lo que suelen hacer los argentinos cuando celebran este día, en el que acostumbran a soltar el indio amigo que llevan dentro.
Enrique Ernesto Febbraro fue el ideólogo, cuando el 20 de julio de 1969 el hombre pisaba la Luna. Fue en ese momento en que se le ocurrió enviar mil postales a diferentes partes del mundo para celebrar lo que era la mistad del hombre con el Universo. Unas setecientas misivas fueron respondidas. La idea arraigó en muchos y finalmente quedó para siempre el 20 de julio como Día del Amigo.
Febbraro murió en el año 2008, a los 84 años, dejando atrás una vida de nobleza y de logros personales. Fue odontólogo, doctor en Filosofía, psicólogo, profesor de Historia, poeta, músico y locutor. Era miembro del Rotary Club, del Club de Leones y pertenecía a la masonería argentina. Fue nominado dos veces al Premio Nobel de la Paz, además de ser designado Ciudadano Ilustre de la ciudad de Buenos Aires y en Miami. Recibió condecoraciones en Maipú (Chile), San Pablo, Mar del Plata y Resistencia y la Cámara de Diputados de la Nación lo nombró “Mayor Notable Argentino”.
Aquellos amigos suyos lo recuerdan con respeto y afirman que Febbraro solía decir que “un buen amigo no aconseja; se mete en el problema, se embrolla y ayuda al otro”.
Quizás sea esta la definición más simple y acabada de lo que significa la palabra “amigo” para los argentinos.