Soberanía de quebracho

Hasta tal punto fue importante para nuestro país la defensa de la soberanía nacional por parte del gobierno de Juan Manuel de Rosas, que el general José de San Martín dejó en herencia el sable corvo al llamado restaurador de las leyes. Aunque San Martín sabía del carácter autoritario del gobierno de Rosas, como nunca quiso participar de las contiendas internas que lastimaban el país, de todos modos sopesó la tenaz defensa de la soberanía y se mantuvo claro en sus conceptos a favor de ese hecho.

Muy bien lo resume la Licenciada Marisa Pasquín en una nota publicada en Síntesis de HISTORIA: “Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires y encargado de las relaciones internacionales deberán enfrentar las persistentes presiones diplomáticas de Inglaterra y Francia, que asumiendo el papel de árbitros, intervinieron en un conflicto que enfrentó a unitarios y federales en Montevideo. En 1845, las fuerzas navales de ambos Estados europeos decidieron bloquear primero el puerto de Buenos Aires y luego, navegar aguas arriba el Paraná con destino a Corrientes para llevar a cabo su apoyo a esa provincia Unitaria y comerciar con la Mesopotamia y el Paraguay, desafiando la soberanía territorio de las tierras del plata. Juan Manuel de Rosas decide enfrentarse, en un juego de fuerzas tremendamente desigual, el desafío anglo francés y lo hará en dos importantes batallas: La Vuelta de Obligado (la más conocida y difundida) y en la denominada Punta del Quebracho, hoy recuperada por la ciudad de Puerto General San Martín. Esta última, de resultado victorioso para las fuerzas rioplatenses deberá pagar el alto costo del olvido y el desinterés por parte de las autoridades políticas argentinas y del propio pueblo argentino, quizás como “pecado” por haber triunfado. Frente a las costas de esos pasos estratégicos se implementaron las batallas decisivas de la contienda del Paraná”.

El 4 de junio de 1846 se llevó a cabo la batalla de Punta Quebracho, cuando la flota anglofrancesa regresaba de su incursión en Corrientes y Paraguay. Antes, el 20 de noviembre de 1845, el general Lucio Mansilla, designado por Rosas para detener la flota en la Vuelta de Obligado, no pudo hacerlo y los barcos siguieron río arriba. Fue al regresar, cuando las tropas nacionales los atacan en Punta Quebracho, actual jurisdicción de Puerto Gral. San Martín. No hay que olvidar que el 20 de noviembre se celebra el Día de la Soberanía Nacional por la férrea defensa de Mansilla en la Vuelta de Obligado.

Desde hace años el intendente Carlos De Grandis viene batallando para que ese hecho de armas en defensa de la soberanía sea conmemorado con justicia. Demasiados olvidos sobre un hecho histórico de tamaña envergadura debe tener su justa recordación.

combates protagonizados por las fuerzas nacionales en Punta Quebracho son un ejemplo de la defensa de la soberanía argentina. Y quizás no sea casualidad que esa parte de la barranca sobre el Paraná, denominada quebracho, sea un símbolo de la dureza con la que se debe defender nuestra soberanía.

Y esos 45 barcos mercantes que traían cueros y carne salada, custodios por 12 barcos de guerra, que intentaban salir como “exportación” a sus países, también tendrán su parangón con los innumerables barcos que hoy llevan el fruto de estas tierras, muchas veces dejando poco o nada en nuestro país, en una llamada hidrovía que en estas épocas no es defendida con claridad por los sucesivos gobiernos argentinos.