Este miércoles a las 11 de la mañana, en la sede de la Agencia Nacional de Puertos en Buenos Aires, el Gobierno nacional dio inicio a una ronda de consultas con más de sesenta entidades para avanzar en un nuevo intento de concesionar la operación de la hidrovía Paraná-Paraguay.
Sin embargo, en medio de una convocatoria masiva, una ausencia resonó fuerte: la Cámara de Industrial y Comercio de San Lorenzo y su zona no fue invitada a participar del encuentro, lo que deja en evidencia su escasa gravitación actual en las decisiones clave del sector.
Por la hidrovía se despacha cerca del 80% de las exportaciones agroindustriales argentinas, y su futuro es de máxima importancia para la economía del país. Pese a ello, la entidad sanlorencina, enclavada en el corazón del cordón industrial más importante de la región, quedó fuera de una mesa que reune a gremios, técnicos, académicos y empresarios del rubro.
El evento, organizado por la Agencia Nacional de Puertos y encabezado por su titular, Iñaki Arreseygor, no es formalmente una audiencia pública, pero se asemeja a una por la diversidad y cantidad de invitados. Se prevé que unas treinta entidades tomen la palabra, cada una con un espacio de ocho minutos para exponer sus puntos de vista sobre el sistema troncal de navegación.
En este primer encuentro, no se abordarán en profundidad los temas más sensibles, sino que se busca una exposición general de posiciones que funcione como punto de partida para futuras mesas técnicas, que se desarrollarán en distintas provincias y con enfoque temático (infraestructura, ambiente, tecnología, etc.).
El Gobierno nacional apunta así a despejar las críticas que recibió tras el primer intento fallido de licitación, cuando se lo acusó de no haber consultado lo suficiente a los actores involucrados. Esta vez, la apuesta es por un proceso más abierto y participativo, y con expectativas favorables especialmente en el sector agroexportador, que celebra el nuevo canal de diálogo.
Aun así, la exclusión de la Cámara de Industrial Comercio de San Lorenzo y su zona deja un interrogante abierto sobre la representatividad territorial en una cuestión estratégica. Para una región que concentra buena parte de la salida de granos al mundo, no tener voz en la discusión parece, al menos, un llamado de atención.