No es el primer caso de exceso policial que se denuncia desde que asumió la actual intervención de la UR XVII. Las víctimas fueron amenazadas y temen represalias.
No es el primer caso de exceso policial que se denuncia desde que asumió la actual intervención de la UR XVII. Las víctimas fueron amenazadas y temen represalias.
Noemi Moreyra es una trabajadora que vive en la localidad de Timbúes. Denunció que uno de sus hijos, Mauro, un albañil de 18 años de edad, y un amigo, fueron salvajemente golpeados por policías de la comisaría novena.
El hecho ocurrió el pasado martes cando el joven fue hasta la casa de su amigo. Una vez allí decidieron ir hasta un kiosco ubicado en la esquina, pero el comercio ya estaba cerrado. Cuando retornaban fueron interceptado por un móvil policial
“Primero les dijeron que habían recibido una denuncia por robar una manguera, pero en realidad esa denuncia nunca existió y, después, le hicieron una causa por violar el Decreto Nacional de aislamiento”, contó Noemí en diálogo con SINTESIS.
La mujer detalló que a su hijo y al amigo, “los patearon cuando los retuvieron en la Comisaría y también en la caja de la camioneta en la que los llevaron”.
También agregó que “le pegó muy fuerte en el estómago uno de los policías que él tiene bien identificado porque, de todos, era el único flaco”. A raíz del golpe en el abdomen, Mauro comenzó a sufrir vómitos y debió concurrir el Samco local donde le aplicaron un medicamento inyectable.
Pero además del exceso que significa haber golpeado a los jovencitos, el procedimiento policial tuvo otras irregularidades.
“Ellos también estaban en falta porque eran seis en un solo patrullero: un agente de la Guardia Urbana y cinco policías , dos de ellos, femeninas.”, denunció Noemí y aclaró que “tampoco les hicieron cumplir la detención de seis horas por romper la cuarentena, los tuvieron media hora, los golpearon y los largaron a la calle. Los chicos les pidieron una copia de la denuncia y les dijeron ‘tómenselas de acá’”, agregó la mujer.
Al día siguiente de la agresión, “fuimos a San Lorenzo porque en el Samco de Timbúes donde atendieron a Mauro por el tema de los vómitos, nos dijeron que es necesario que lo revise un médico forense. En la Fiscalía te tomaron la declaración, pero nos dijeron que ahí no hay uno. Más adelante me llamaron desde la Fiscalía de Rosario y me dijeron que van a venir a tomarle otra declaración a mi hijo en Timbúes y que iban a tratar de conseguir un forense, pero hasta ahora no tuve respuesta. Todavía no sabemos si mi hijo tiene alguna lesión interna”, acotó.
Por último, Noemí expresó: "la razón por la cual decidí hacer público lo ocurrido es porque mi hijo fue amenazado. Le dijeron: ‘si hablás, la próxima te levantamos para arriba con el móvil’. Si yo no cuento lo que pasó tengo miedo de encontrarlo con un tiro en una cuneta. Además, no es el primero al que le ocurre, pero nadie denuncia porque la gente tiene miedo de lo que le pueda ocurrir. Lo que hicieron fue un acto inhumano”, cerró la mamá.
Este nuevo hecho de violencia policial, se suma a otros ocurridos a partir de que la Unidad Regional XVII fue intervenida.