En tiempos donde la solidaridad se vuelve una necesidad urgente, una historia diferente emerge desde las orillas del río Paraná. Gastón Vivas, un joven de 32 años oriundo de San Lorenzo y conocido en las redes y en YouTube como “El Tom Oficial”, decidió transformar su pasión por la pesca en una herramienta de ayuda concreta para quienes más lo necesitan.
Todo comenzó con simples videos de pesca y cocina que Gastón compartía en su canal de YouTube. Sin embargo, su contenido dio un giro inesperado y profundamente solidario: ahora, lo que pesca no lo vende ni lo guarda, sino que lo intercambia por alimentos no perecederos que luego reparte a familias en situación de vulnerabilidad.
“Lo que quiero hacer es ayudar a la gente”, explica y agrega: “Cambiamos el pescado por alimentos como azúcar, arroz, aceite o fideos, y armamos bolsos que después entregamos a quienes realmente lo necesitan”.
Lejos de buscar un rédito económico, Gastón se destaca por su compromiso social. "Tengo mi trabajo aparte, soy técnico en reparaciones de celulares y tengo un lavadero de autos. Lo de la pesca es algo que hago con mucho gusto, para ayudar", cuenta con humildad.
Su iniciativa no pasó desapercibida: vecinos de distintos puntos comenzaron a sumarse con aportes. Juan Carlos, desde Rosario, le donó 5000 pesos y alimentos, y Ángel, un comerciante local, colaboró con alimentos. Cada gesto suma a la cadena solidaria que este joven pescador puso en marcha.
El camino no es fácil. La pesca solidaria implica largas jornadas, condiciones climáticas adversas y hasta cierto riesgo físico, debido al terreno resbaloso de la zona de pesca. Pero nada de eso detiene a “El Tom Oficial”. “Es un poco riesgoso, pero lo hago con mucho amor porque sé que puedo ayudar a mucha gente”, afirma.
Hoy, su canal ya no solo muestra cómo lanzar una línea o preparar una receta con pescado fresco: es también un llamado a la acción, una invitación a que más personas se sumen a una causa genuina, nacida desde el corazón y sostenida por la voluntad de cambiar realidades.
Quienes deseen colaborar pueden seguirlo en sus redes sociales, compartir su contenido o aportar alimentos para los bolsones. Porque, como demuestra Gastón, a veces un simple acto, como lanzar una caña al río, puede convertirse en una gran red de ayuda.