La fuerte tormenta que azotó la región dejó al descubierto las falencias estructurales y la falta de inversión en la Empresa Provincial de Energía (EPE), que contaría con solo una cuadrilla para atender a cuatro ciudades: Ibarlucea, Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez y Fray Luis Beltrán.
La magnitud del temporal superó cualquier capacidad de respuesta inmediata, dejando a miles de vecinos sin suministro eléctrico y expuesto a riesgos derivados de postes caídos, cables cortados y árboles derrumbados.
Desde las seis de la mañana, tres tormentas consecutivas azotaron la región, agravando los daños en la infraestructura eléctrica. La caída de postes y el corte de cables dejaron sin servicio a numerosas zonas, mientras que la falta de personal técnico suficiente ralentizó los trabajos de reparación.
La imposibilidad de intervenir bajo la lluvia debido al riesgo eléctrico complicó aún más la situación, dejando a miles de hogares sin energía durante horas.
La insuficiencia de cuadrillas para atender una zona tan amplia evidencia una falta de planificación y recursos que pone en jaque a la población cada vez que se presentan eventos climáticos de esta magnitud. Vecinos de las localidades afectadas expresaron su malestar ante la demora en la restitución del servicio y la falta de respuestas por parte de las autoridades.
Desde la EPE, hasta el momento, no se brindó un comunicado oficial detallando el plan de acción para solucionar el problema, ni si se tomarán medidas a futuro para mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias de este tipo.
La tormenta no solo dejó destrozos materiales, sino que también reavivó el reclamo de los ciudadanos por un servicio eléctrico más eficiente y preparado para contingencias climáticas.
La necesidad de mayor inversión en infraestructura y la contratación de más personal capacitado son cuestiones que se vuelven urgentes ante la vulnerabilidad del sistema actual.