Desde la empresa apuntada aseguran que reúnen las condiciones legales para funcionar.
Desde la empresa apuntada aseguran que reúnen las condiciones legales para funcionar.
Un grupo de vecinos y vecinas del barrio San Martín de la ciudad de San Lorenzo, denunció los reiterados inconvenientes que sufren por el trabajo de la “Distribuidora Dab”. Exigen mejores condiciones para las tareas que realizan e, incluso, le pidieron a la Municipalidad que la traslade.
La distribuidora, propiedad de Marcelo Copetti, tiene ingreso por dos calles, Domingo Porteau al 300 y Sargento Cabral al 200. Los vecinos aseguran que ellos ya vivían en el barrio cuando la empresa se instaló en el lugar, mientras que su dueño explicó que hace 20 años que trabajan allí, en un predio que alquila.
Una de las vecinas que sufren las dificultades que ocasiona el trabajo de la distribuidora, es la abogada Florencia Biagetti, cuyo estudio jurídico y el consultorio de su pareja, psicólogo, funcionan en la casa de su madre, ubicada enfrente de los galpones de la distribuidora.
La semana pasada, un camión que maniobraba para entrar al predio de la distribuidora, le chocó su auto que se encontraba estacionado. “La empresa hace más de 10 años que se vino a instalar en el barrio, al principio pensamos que iba a traer trabajo y nos pusimos contentos, pero al poco tiempo nos dimos cuenta de que eran muy irrespetuosos, que hacían muchos ruidos y empezamos a tener una serie de problemas”, contó Florencia.
La abogada también contó que “un grupo de vecinos del barrio San Martín, estamos pidiendo la clausura e inhabilitación para que esta firma funcione acá, porque este es un barrio residencial. Además, le pedimos al intendente que los traslade a un barrio industrial donde el desarrollo de esa actividad económica no genere un perjuicio, no solo al medio ambiente, sino a la comunidad donde se inserte”.
La vecina agregó que la calle Domingo Porteau “es de doble mano, está a 50 metros de la plaza López, que es muy concurrida y además la distribuidora está pegada a la sede de AMSAFE, por lo que es una cuadra con mucho movimiento de gente y cuando un camión quiere pasar hay que correr todos los autos a una o dos cuadras de distancia”.
“Los vecinos de barrio San Martín estamos cansados del exceso de ruidos, los daños, las vibraciones, porque alteran las condiciones ambientales normales del barrio y degradan la calidad de vida de todos los habitantes. Desde las 7 de la mañana a las 7 de la tarde, el sonido del pitido de la reversa de los camiones es insoportable. Los vecinos hemos puesto esfuerzo económico para insonorizar nuestras propiedades”, dijo Biagetti.
“Queremos que la distribuidora nos informe si posee habilitación municipal, consideramos que no puede tener habilitación para ingresar con camiones de 22 metros de largo con doble acoplado, no debería estar funcionando una empresa así en este barrio. Los camiones gigantes destruyen veredas, jardines, y en mi caso me chocaron el auto”, señaló Florencia.
Luego explicó que “le he pedido de muchas maneras a Copetti que solucionen el tema de los camiones, pero no me dieron respuestas, porque además, a los camiones no les da el radio de giro. Yo lo vengo advirtiendo hace bastante y es un peligro que pase una desgracia mayor, porque estamos a metros de una plaza. No nos parece a ninguno de los vecinos que esté una empresa de este tipo cuando pagamos una de las TGI más altas de San Lorenzo”.
“La distribuidora viola el Código de Faltas de la provincia de Santa Fe y el artículo 16 de la Constitución Nacional que establece la igualdad ante la ley, porque en otros barrios residenciales no hay distribuidoras de bebidas y en este sí. Viola también el articulo 41 de la Constitución Nacional que garantiza el derecho a un ambiente sano y equilibrado de todos los habitantes, que establece que los ruidos no deben exceder la normal tolerancia, que ya la excedió hace bastante. Los invitamos a que traigan equipos para medir lo que quieran, porque adentro de nuestras casas se escucha desde cualquier lugar”, indicó Biagetti.
Otro de los vecinos, Ariel Pasquini, manifestó también su preocupación por la situación: “el tema principal son los camiones grandes que vienen a dejar mercadería, uno no puede dejar el auto afuera porque corre con el riesgo de que sea chocado por los camiones. Yo que vivo bien en frente, sufro además otro problema: todo el tiempo hay polvillo suspendido en el aire, porque la entrada a los galpones es de tierra y cuando hay viento sur tengo que mantener todo el tiempo la casa cerrada porque se llena de mugre”.
El vecino contó que “también dejan los camiones en marcha, son viejos y largan muchísimo olor a gasoil y las vibraciones que provocan son impresionantes. A su vez, al vivir en frente, no puedo salir cuando quiero de mi casa, porque el puente siempre está ocupado por camiones o vehículos de ellos o bien por camiones que vienen a retirar mercadería y paran justo aquí. Cuando tenía mi bebé chiquito pegaba unos saltos terribles y la bocina del “pi pi pi pi” es insoportable”, aseguró Pasquini.
Otra vecina que denuncia inconvenientes es María del Carmen Ruiz, quien agregó a lo anteriormente mencionado por sus vecinos que “los problemas son de toda la cuadra y todo el barrio, esta distribuidora hace relativamente poco tiempo que está, en comparación a lo que es el barrio en sí. Nosotros no vinimos a vivir a un lugar sabiendo que había una distribuidora, sino que la distribuidora vino a instalarse a un barrio donde estábamos tranquilos. Los inconvenientes son el ruido, el estacionamiento de los camiones en las entradas de los garajes, tener que esperar para transitar por la calle cuando los camiones hacen maniobras, nos han chocado el auto también a nosotros y cortan ramas de los árboles con esos inmensos camiones”, se quejó.
La respuesta
Desde la distribuidora, su propietario, Marcelo Copetti, respondió a la consulta sobre los reclamos de los vecinos y dijo que “la distribuidora esta hace 20 años acá, con todas las habilitaciones, el negocio fue de menor a mayor, nosotros somos distribuidores de Coca Cola y recibimos un equipo por día, un camión semi, esos que vienen todo unido, no con acoplado”.
También detalló: “tengo un patio con 10 metros de frente y el radio de giro para entrar el camión al depósito tiene que ser muy abierto, por lo que si me dejan un vehículo enfrente no podemos entrar. Acá hay 40 personas trabajando y depende su trabajo de esto. Nosotros compramos la carga de un camión por día, son 10 minutos para entrar y 10 para salir, por día, no es que está estacionado el camión todo el tiempo”, indicó Copetti.
Sobre los vehículos que estacionan frente a los domicilios, el propietario de la distribuidora dijo: “al principio les tocábamos el timbre y decíamos si por favor los podían correr. Después pedimos que dejaran sin frenos ni cambios y corríamos el auto a mano, una vez que entrara el camión lo dejábamos donde estaba, pero no quieren que le toquen el auto. Sabemos que molestamos, pero uno pone la mejor buena voluntad. No estamos haciendo las cosas a propósito, son 10 minutos que necesitamos para que entre el camión, y si no recibo ese equipo todos los días dejo en la calle a 40 personas. Nosotros nos ofrecimos a todo, pero no sabemos qué más hacer. Ellos pintaron el cordón amarillo, pero averiguamos en la municipalidad y no hay nada que nos impida estacionar”.
Sobre esta situación, la vecina Florencia Biagetti contó que debió solicitar pintar el cordón por la discapacidad de su madre y contó: “Copetti me dijo que yo tenía el cordón amarillo pintado y que no tenía una habilitación municipal, lo cual no es cierto, desde el 7 de octubre de 2019, pedimos una cartelería de cordón amarillo porque mi mamá tiene un certificado de discapacidad. La municipalidad lo pintó, no lo pinté yo”, agregó.
Por otra parte, el propietario de la distribuidora contó que “varias veces vinieron de tránsito de la municipalidad, estuvieron inspeccionando tres o cuatro días, pero cuando se dieron cuenta que estaba todo bien no volvieron más”.
En cuanto a los ruidos molestos, Copetti consideró: “el pitido de los camiones cuando hacen marcha atrás es obligatorio y si no se cumple el sindicato de camioneros te denuncia en el Ministerio de Trabajo. Yo sé que molestan esos ruidos, a mi también, pero es obligatorio. Además tengo una licenciada en seguridad e higiene y trato de cumplir con todo”, culminó.
Flavia Campeis