El intendente Maglia promulgó un decreto en respuesta a numerosos reclamos de vecinos. Pero a pesar de la norma, en la práctica hay excepciones que benefician a una guardería náutica privada.
El intendente Maglia promulgó un decreto en respuesta a numerosos reclamos de vecinos. Pero a pesar de la norma, en la práctica hay excepciones que benefician a una guardería náutica privada.
Se sumó un nuevo capítulo a la saga que comenzó con el reiterado reclamo de vecinos que viven en la costanera de la ciudad de Granadero Baigorria, por la presencia de automóviles con música a todo volumen, desmanes, consumo de alcohol y corridas, especialmente, en horas de la madrugada.
Como se había anticipado, finalmente el intendente municipal Adrián Maglia firmó un decreto que prohíbe el estacionamiento en dos sectores de la avenida que corre paralela a las barrancas del río Paraná.
Según se supo, el Decreto -que lleva el número 142/20- solo tendrá alcance por un tiempo determinado ya que se aplicará por espacio de tres meses, aunque luego podría extenderse.
La flamante norma establece que no se podrá estacionar de las 20 horas hasta las 8 de la mañana del día siguiente, de lunes a domingos, en la avenida costanera desde calle Constancio Vigil hasta Lisandro de la Torre y sobre el tramo comprendido entre las calles Ibarlucea y Julio A. Roca.
Sin embargo, en la práctica -tal como puede observarse en el video que acompaña esta nota- la prohibición abarca un tramo más reducido que el que señala el texto del decreto, permitiéndose el estacionamiento de autos en un sector cercano a una guardería náutica privada a la que, claramente, se beneficia.
De esta forma, lo que podría interpretarse como una solución, no ataca el problema de fondo, tal como especulaban los vecinos cuando trascendió que Maglia promulgaría un decreto.
Según analizan los frentistas afectados por el denunciado descontrol en la costanera, se sigue permitiendo el estacionamiento, por ejemplo, durante horas de la tarde los fines de semana, cuando se registran ruidos y presencia de jóvenes tomando alcohol y dejando luego todo tipo de residuos en la calle, veredas y jardines.
Sumado a eso, siguen las fiestas en el Parador Puerto Pirata en la isla frente a la guardería, con música a un altísimo volumen que invade la zona urbana.
Además, se preguntan, “¿quién controlará que la nueva norma de prohibición se cumpla?”.