Un argentino auténtico
Hablemos de San Martín.
El hombre, no, el bronce.
San Martín, del brazo de su amiga y esposa,
Remedios de Escalada,
paseando por la Alameda de Mendoza.
Fue esposo de a momentos,
tenía que cumplir con el deber
de liberar a medio continente.
Como padre fue ejemplar, tierno, virtuoso,
dejó el camino trazado en valores de vida
a su hija Merceditas.
Era un hombre de temple,
gustaba del buen vino, el tabaco
el asado, los chocolates,
las largas conversaciones con sus amigos
proyectando nuevas batallas.
Cabalgaba a caballo en busca de libertad.
Fue una persona decisiva al luchar por sus ideales
Principalmente, en su país: ARGENTINA.
Tuvo muchos amigos.
Aquel José de San Martín de bronce y de monumentos
tuvo alma y corazón.
Ante el elogio de la prensa
San Martín se mantuvo sobrio en actitudes
y ajeno a estos agasajos.
Con muchos dolores, desde su lecho y con gran entereza,
Observó a Merceditas inclinarse sobre él.
Abrazándola, se lo escuchó decir: "hija esta es la fatiga de la muerte"
El General, después de una larga y penosa enfermedad,
expiró un 17 de agosto en Boulogne Sur Mer, a las tres de la tarde,
rodeado del cariño de su familia.
Sus restos mortales, sin pompas, fueron llevados a la catedral del lugar
con la ilusión de que un día descansaran en la República Argentina.
Mabel Solsona
San Lorenzo – Santa Fe