La histórica bajante del Paraná afecta a localidades ribereñas para el suministro de agua potable. La más afectada es Victoria. La Justicia autorizó a que se modifiquen cursos de agua en los humedales para proveer del vital elemento a esa ciudad. Ambientalistas afirman que “están haciendo un desastre”.
Cruce de las Lagunas Grandes que quedó cerrado
La histórica bajante del Paraná afecta a localidades ribereñas para el suministro de agua potable. La más afectada es Victoria. La Justicia autorizó a que se modifiquen cursos de agua en los humedales para proveer del vital elemento a esa ciudad. Ambientalistas afirman que “están haciendo un desastre”.
“Es lamentable, están cerrando los arroyos para que Victoria no se quede sin agua, un verdadero desastre”, afirmaron integrantes del grupo ambientalista “El Paraná no se Toca” quienes también graficaron la gravedad de la situación al expresar: “estamos pasando de una etapa de grave afectación ambiental a una de grave problema social por falta de agua”.
También recordaron que “el tema de algunos cortes de vías de agua ya empezó el año pasado sobre el riacho Victoria y canalizaciones desde la Laguna Grande para poder levantar el nivel de agua en la toma de la ciudad de Victoria y evitar que se mezcle con el agua de cloaca que está más abajo”.
Los ambientalistas anticiparon que “pasaron tantos meses y el nivel del río sigue bajando y no se sabe hasta dónde va a seguir descendiendo. Ya entramos en la etapa ‘de emergencia’ que puede volverse ‘de angustia’ si el río sigue bajando, Victoria está en serio riesgo de quedarse sin agua y van a salir a buscarla y desviarla desde donde puedan”, agregaron.
Máquinas pesadas trabajando en los humedales.
En los últimos días se intensificó la construcción de endicamientos (diques) para drenar agua de modo de poder aumentar el caudal para la red sanitaria, como parte de una serie de obras en la zona de islas para asegurar el abastecimiento.
Para esto fue necesario solicitar un permiso a la Justicia Federal, debido a que está estrictamente prohibido el movimiento de maquinaria pesada en esa zona de humedales. Los trabajos estuvieron supervisados por Gendarmería y funcionarios del área, según se informó de la Municipalidad de Victoria al confirmar el inicio de las tareas.
Para ingresar la maquinaria pesada a la zona de islas y realizar las labores, la Municipalidad de Victoria logró la venida del Juzgado Federal 2 de Paraná, a cargo de Daniel Edgardo Alonso quien el 1 de julio de 2020 dispuso “la prohibición absoluta de acciones humanas con capacidad para alterar el medio ambiente” en la zona de humedales en Victoria.
Pero, ante la situación crítica por falta de agua, el magistrado “autorizó la excepción”, gracias a la cual ingresaron las topadoras y realizaron los trabajos a la altura del río Paranacito que podían divisarse desde el puente que une con la ciudad de Rosario.
El inicio de esos trabajos, a principios de esta semana, obstruyó un paso muy transitado desde el comienzo de la bajante por pescadores santafesinos. “De un día para el otro no se pudo utilizar el canal que sale de Victoria, pasa por la Laguna Grande y combina con el Paranacito. Era la única pasada y quedó cortada dejando a genta aislada que no pudo volver para acá”, explicó un vecino de la zona que realizaba habitualmente ese recorrido.
“Están haciendo un desastre, tapando los ríos en lugar de abrirlos. Ya les dijimos que no es la solución. Ellos serán muy expertos pero la gente de la isla ve las cosas de otra manera y nadie les consulta su opinión”, se quejó.