Acudieron a la guardia COVID y en el ingreso se sintieron incómodos porque no quisieron atender al esposo.
Acudieron a la guardia COVID y en el ingreso se sintieron incómodos porque no quisieron atender al esposo.
Graciela y Rubén Di Giaccomo, fueron a la guardia COVID-19 del hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo para realizar una consulta porque transitaban desmejoras por la enfermedad y, según aseguran, en la puerta de entrada los hicieron sentir muy incómodos y el esposo terminó sin ser atendido.
Los vecinos de barrio Supeh atravesaban la primera semana con síntomas cada vez más fuertes y debido a que ambos son pacientes de riesgo decidieron acudir al hospital por instrucciones de su médico.
Según contó Graciela a SÍNTESIS, en una primera instancia, al llegar al hospital pasaron por el Triage (que es un sistema de selección y clasificación de pacientes en los servicios de urgencia según sus necesidades) y luego ingresaron a la guardia por calle Ricchieri.
Una vez en el lugar, la mujer recuerda que “cuando mi marido se anunció le preguntaron los síntomas y el muchacho que está detrás de la ventanilla, le dijo que no tenía muchos síntomas, por lo que no lo iban a atender”, a pesar de que ella explicó que su esposo es paciente oncológico, diabético e hipertenso y que llevaba una semana con fuerte tos, por lo que estaban preocupados y querían que le revisen los pulmones.
Sin embargo, y ante esta situación, Rubén decidió retirarse a su auto a esperar que, al menos, que atendieran a su esposa.
Graciela recuerda que en el lugar había una mujer sin COVID, con una niña con fiebre que aún no estaba determinada como paciente con el virus, quien se incomodó por la presencia del matrimonio con COVID en el mismo espacio, aunque Graciela le respondió que -según tenía entendido- esa era la guardia COVID.
“Lo que más me dio bronca es que hubiera una persona que no tenía COVID, con una niña, en el mismo lugar que nosotros que somos positivos y también me molestó que le cuestionaran a mi marido por qué iba a atenderse”, dijo y se preguntó: “¿Por qué un empleado que no es médico tiene que tomarse las atribuciones de decir que no iban a atender a un paciente cuando no lo revisó un profesional?”.
A su vez la vecina recordó que ella no se atiende normalmente en el hospital porque es afiliada el IAPOS, pero que la misma obra social la derivó allí.
Sobre la atención a nivel provincial consideró que fue con demoras a la hora de entregarles los resultados del hisopado y a su vez le llegó un mail con su supuesta alta médica, cuando cursaba el octavo día de la enfermedad, y en su pico de mayor fiebre.