La historia en la voz de la joven de Capitán Bermúdez que fue violada por su padre hasta dejarla embarazada. El juicio comenzó esta semana y piden 30 años de prisión.
Enrique Pochón está siendo enjuiciado por violar a su hija desde los 8 años y la dejarla embarazada
La historia en la voz de la joven de Capitán Bermúdez que fue violada por su padre hasta dejarla embarazada. El juicio comenzó esta semana y piden 30 años de prisión.
El martes pasado comenzó el juicio contra Enrique Pochón, un bermudence de 45 años, que violó a su hija desde los 8 años y la dejó embarazada.
Aquí la historia en la voz de Bianca, quien hoy da su nombre y quiere contar lo que le pasó, lo que le hizo su padre, para que su voz les posibilite a otras víctimas de situaciones de violencia denunciar.
La historia
Bianca hoy tiene 23 años y recuerda que a los 8 su padre la violó por primera vez y nunca paró, lo hizo cada día que pudo. En diálogo exclusivo con SÍNTESIS, previo al inicio del juicio que esperó toda su vida, contó que su papá era su sombra, nunca la dejaba sola, la acompañaba a la escuela, no la dejaba hacer actividades en las que él no pudiera acompañarla y hasta le puso una academia de danzas para que diera clases frente a él y dejara de ir a bailar al instituto al que acudía.
“Todo arrancó cuando yo tenía 8 años, en casa, de parte de mi papá biológico. Era siempre cuando no había nadie, mamá siempre fue la que trabajó, porque él decía que tenía problemas de salud, como asma, diabetes y que por eso no lo llamaban de los trabajos”.
La familia compuesta por el padre, la madre, Bianca y cuatro hermanos varones, vivía en barrio Villa Cassini de Capitán Bermúdez. El padre aprovechaba los momentos en que la madre viajaba a Rosario para trabajar (ya que era el sostén de la casa) para abusar sistemáticamente de su única hija mujer.
Sobre la primera violación Bianca se acuerda muy claro: “me acuerdo que estaba bañándome, no había nadie en mi casa más que él, entra al baño, corre la cortina y me dice -¿Querés un chupetín?- y ahí saca el pito y bueno, ahí arrancó. Después era siempre cuando no estaba mi mamá. Me llevaba a la cama de él” y agregó en medio del llanto: “nunca paró, nunca, nunca. Era cada vez más, cada vez más, no me dejaba salir, no tenía vida social”.
Nadie sabía nada hasta que Bianca quedó embarazada a los 21 años. Su padre le propuso tener al bebé y cuidarlo como un abuelo. Sin embargo, ella supo siempre que no podría soportar tener hijo que era el resultado del peor calvario de su vida, no podía por ella, pero tampoco por la criatura. Cuando se enteró del embarazo ya cursaba alrededor de 8 meses. El padre le pidió que invente la historia de un novio que la embarazó y se fue, pero la madre no lo creyó y Bianca finalmente se quebró con ella y contó todo.
“Pude hablar porque quedé embarazada, no me di cuenta antes porque yo soy irregular, podía estar dos años sin venirme que no me iba a dar cuenta que era por eso. Un día estábamos en mi casa y mi mamá me dice -ay Bianca que gorda que estás, parecés embarazada-. Yo siempre fui gorda. Me dijo eso y me queda dando vuelta en la cabeza. Él era mi único vínculo sexual. Me quedó eso en la cabeza, fui a la facultad (estudia derecho), en frente hay una farmacia, me compré un Eva Test, me lo hice adentro de la facu y me dio positivo. Lloré todo el camino, la única solución para mí era matarme, nunca hablar, porque tenía terror de que le haga algo a mi familia y a mí. Además, como está la justicia hoy en día, nadie me aseguraba que él iba a estar preso si yo hablaba”.
Cuando el padre se enteró de ese embarazó, inmediatamente inventó la mentira que tenía que decir Bianca a su madre: “me dijo que le tenía que decir a mi mamá que era de un compañero de la facultad, me inventó toda la historia, que era de Entre Ríos, como se llamaba, que yo le dije que estaba embarazada, que él me dijo que no era seguro que era de él y que no se iba a hacer cargo, que se iba a ir, toda esa historia. El ideó eso, pero yo dije mamá no me va a creer, porque yo iba a estudiar a la facultad con mi abuela, ella estudiaba también conmigo, la mamá de él, nunca estaba sola”
Luego de que se lo contó a su madre y al notar que Enrique Pochón no había reaccionado de mala manera ante tal noticia, la madre desconfió. Bianca recuerda que ella le dijo: “si es verdad quiero que me des el contacto de este chico, yo lo voy a llamar, pero yo te voy a preguntar algo, ¿a vos tu papá te hizo algo alguna vez? y yo lloraba, y no le decía nada y por dentro decía, le digo que sí y corto todo o le digo que no y la sigo. Cuando me repitió la pregunta le dije que sí y me dijo ¿también te hizo esto?, le dije que sí”.
Ese diálogo fue en camino al hospital de Rosario, donde su madre la acompañaba a realizarse los estudios por el embarazo. “Lloramos todo el viaje, llegamos al hospital, fuimos a hablar con una ginecóloga, le contamos la situación y le pedimos para hacer una ecografía. Fuimos y al rato largo me acuerdo patente que el ecógrafo no sabía nada de la situación, para él era un control ginecológico porque yo tenía una molestia, y me dice -ay mami, pero acá estamos embarazada de 36 semanas-. Yo no tenía ni idea de cuánto estaba. Con mi mamá quedamos heladas, porque la idea era, depende de cuánto tiempo llevaba, abortar. Yo veía dos posibilidades, abortar o darlo en adopción, dependía de cuántos meses. Porque si estaba de un mes, yo no me lo iba a aguantar ocho meses más. Nos quedamos heladas porque yo me había dado cuenta a las 32 semanas, un mes antes de la ecografía”.
Así, fue que su madre al día siguiente de enterarse del horror que pasaba su hija en su propia casa la acompañó a realizarse estudios donde se comprobó que estaba de 36 semanas y luego, directamente, a denunciar al padre violador en el Centro de Orientación a la Víctima en San Lorenzo. Ese mismo día, Enrique Pochón fue detenido en su casa familiar y desde allí quedó alojado en la cárcel de Piñero.
Adopción
En cuanto al embarazo, ya estaba muy avanzado y al mes de la denuncia, por cesárea programada, nació la beba, a quien Bianca decidió dar en adopción. “La bebé no tenía la culpa, ambas dos necesitábamos cada una su camino y su vida”, expresó Bianca con necesidad de contar su historia. El ADN que pudo hacerle fue una herramienta para comprobar que Enrique Pochón, su padre, también es el padre de la beba.
“Yo creo que fue lo mejor que pude haber hecho. Sentía que la misma oportunidad que me estaba dando a mi, en haberlo denunciado a mi papá y poder vivir, se la estaba dando a ella. Porque si elle estaba ella conmigo iba a ser todos los días tener en frente lo que me pasó y que ella en algún momento se entere, porque Bermúdez es chico y es así. Y así como me miraban mal a mí, la iban a ver mal a ella, entonces era darnos una oportunidad a las dos, yo así lo sentí”, aseguró Bianca.
Juicio
El martes 30 de marzo, el tribunal encabezado por la jueza Griselda Strólogo, comenzó a juzgar la atrocidad de este bermudence que cuenta con prisión preventiva desde 2019 en la cárcel de Piñero y para quien el fiscal Ledesma pidió una pena de 30 años. El juicio se extenderá por varias semanas.
Ese día Bianca contó su verdad ante la justicia, también lo hizo su madre, su hermano y su psicóloga. Ahora, su objetivo es conseguir una condena justa. Luego, su deseo es continuar estudiando abogacía, terminar la carrera para poder ayudar a chicas que pasen por situaciones de violencia como la suya.
“Lo que me pasa a mí, le pasa a un millón de chicas, y cuesta hablar, yo no sé si alguien hablará después de que yo hable, pero he tenido situaciones de chicas que me han contado situaciones similares. Cosas que vos decís, al final, no era a mí sola. Después de que vos hablás, escuchas un montón de casos, antes no escuchaba nada y te daba miedo. No estamos solas, es verdad”, concluyó Bianca.
Flavia Campeis