El sacerdote -conocido por su labor educativa e historiográfica- fray Herminio Gaitán fue acusado por Marcelo Remondino de haberlo abusado sexualmente cuando era un niño de solo 5 años de edad.
Cuando el realizador cinematográfico Thomas McCarthy estrenó “Spotligth” (ganadora del Óscar 2015 a la mejor película, protagonizada por Mark Ruffalo, Michael Keaton y Rachel Mc Adams), no imaginó que años después y a miles de kilómetros de distancia, se convertiría en el disparador de una grave denuncia.
El film cuenta la historia de cómo un periódico desenmascaró un escándalo en el que la Iglesia católica de Massachusetts ocultó un número importante de abusos sexuales perpetrados por distintos sacerdotes de Boston.
“Después de verla le dije a mi esposa que iba a denunciar lo que me había sucedido a los cinco años cuando fray Herminio Gaitán abusó de mi”, sostuvo Marcelo Remondino, hoy concejal de la ciudad de San Lorenzo, en diálogo con SINTESIS.
Sobre el traumático hecho, contó “Los franciscanos tenían un campo en el que funcionaba un tambo en Villa La Ribera, a donde siempre íbamos porque mi madre era cursillista y pertenecíamos a esa comunidad. Un verano, Gaitán nos llevó a un grupo de niños al río, ese día, mientras mis compañeros jugaban, él abusó de mí”, recordó y agregó: “cuando volví a casa de mis abuelos, en donde yo vivía, conté lo sucedido pero el tema quedó ahí nomás. Desde entonces, siempre lo tuve conmigo, y con el tiempo, lo fui contando a mis íntimos”.
La denuncia de Remondino ante el Arzobispado de Rosario
Los años pasaron, Remondino hizo su vida familiar, laboral y profesional hasta el 3 de febrero de 2019. “Ese día le dieron a Gaitán un reconocimiento por su condición de historiador sanmartiniano y me di cuenta de que, cuando mencionaban su extenso currículum, faltaba el título de ‘pedófilo’”, expresó Remondino.
Aquel sentimiento de impotencia lo movilizó. “Me puse en contacto con el actual obispo de Orán, Fray Luis Antonio Scozzina -de quien soy amigo desde mi adolescencia- y me instruyó en cómo realizar la denuncia. Además, me contactó con el Arzobispado de Rosario”.
En ese punto, Marcelo Remondino aclaró que “también consulté con los abogados Adrián Ruiz y José Ferrara quienes me informaron que la acción penal ya prescribió. Lamentablemente, mi tiempo no fue el que marca la Justicia, sino ahora, a esta edad. Pero en el Derecho Canónico la causa no prescribe e hice una denuncia formal, bajo juramento, ante el Arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín. Ese día entregué la mochila que llevaba cargando desde hacía más de 50 años”, se sinceró el actual concejal.
Marcelo Remondino a la edad en la que sufrió el abuso
“Aunque no debí hacerlo por mi estado de salud -estaba recién operado y tenía que hacer reposo- igualmente concurrí al acto del 3 de febrero de este año. Algo me decía que tenía que ir, incluso desoyendo las recomendaciones de mi familia. Encontré al obispo Martín en la puerta del Convento y le pregunté por mi causa, no me dio ninguna respuesta a pesar de que habían pasado dos años en los que todos fueron pretextos. Su actitud y falta de interés me molestaron: me dio más tristeza la desidia y el ocultamiento que el propio hecho ocurrido en mi infancia”, expresó Remondino.
También reveló que “se comunicó conmingo el superior de la provincia franciscana Presbítero Fray Emilio Andrada y le llamó la atención que después de mi denuncia a Herminio Gaitán no le hayan suspendido el Ministerio Clerical, como hubiese correspondido”, aseguró.
Luego aclaró: “Andrada me llamó porque mi amigo Luis Scozzina le informó mi situación, no lo llamó Eduardo Martín que es el obispo de mi arquidiócesis. Siempre dio excusas y explicaciones para justificar que no hicieron absolutamente nada. Ahora ponen el pretexto de que Gaitán no está lúcido, pero cuando lo denuncié si lo estaba. Están especulando con su estado de salud. Es evidente que el obispo Martín tomó la posición de defenderlo y ocultar todo. Es indignante”, expresó.
Imprescriptible
“Así como una vez luché para que desde la causa del cementerio de San Lorenzo se declarara la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, ahora voy a hacer una causa para que se declare imprescriptibles a los delitos de abuso sexual infantil, porque cada víctima tiene un tiempo diferente, de hecho, a mí me llevó más de 50 años denunciarlo”, adelantó Remondino.
También anunció que pedirá “una sesión extraordinaria del Concejo Municipal de San Lorenzo para que quede sin efecto la distinción de ‘ciudadano ilustre’ que le otorgaron a Herminio Gaitán, en mayo de 1996, porque un pedófilo no puede ostentar esa condición”, consideró.
El denunciado sacerdote Fray Herminio Gaitán
Por último, un deseo: “el Convento San Carlos Borromeo fue un seminario por el que pasaron muchísimos jóvenes, no puedo llegar a imaginar lo que habrá hecho este depravado con ellos. Se que hay otras personas que vivieron lo mismo o peor que yo, con esta denuncia espero que ellos también se animen a hacerlo”.
Y un reconocimiento: “agradezco al padre Luis Scozzina y al padre Salvador Yaco porque siempre estuvieron a mi lado”.
La carta al Papa Francisco y la publicidad del hecho
Ante el temor de que su causa quede en el olvido, Marcelo Remondino decidió hacerla pública. En la noche de este miércoles, será entrevistado en vivo por el periodista Tomás Ariel Méndez en ADN, el programa de investigación periodística de alcance nacional que se emite por la señal C5N. “Aunque es un tema muy privado y controversial decidí hacerlo público porque es evidente que es lo único que sirve”, expresó.
Además, por intermedio de su amigo personal y ex canciller argentino Rafael Bielsa, Remondino envió una carta al papa Francisco, ante el hecho de “no haber obtenido ningún tipo de contestación por parte de la Sede Arzobispal, ni de personal vinculado al tratamiento canónico, de la denuncia que efectué”, según dice la misiva.
El concejal denunciante Marcelo Remondino
“Revivir un hecho de tan profunda violencia para un niño, a mi edad aún genera una gran lucha interna con consecuencias anímicas, de salud, familiares y personales de todo tipo. Realizar esta denuncia permitió aliviar la carga que llevara durante cinco décadas, pero que había dejado allí, clavada como la cruz”, agrega.
También asegura que “todavía vivimos en una cultura del secretismo que tolera y protege a las conductas pedófilas y a las personas que las llevan a cabo y que, institucionalmente, impide arrojar luz sobre circunstancias tan graves”.